¿Por qué Papá Noel va en trineo y vive en Laponia?

Nos acercamos a la madrugada del 25 de diciembre, en tan solo ocho días. Es, sin duda, la fecha más mágica de la Navidad, porque a las 00.00 horas de ese frío día de diciembre rememoramos el nacimiento del Niño Jesús en un portal de Belén.

Además de la celebración religiosa, los niños de casi todo el mundo, duermen muy nerviosos esa noche porque esperan la llegada de Papá Noel. O Santa Claus, o el Viejito Pascuero o San Nicolás o Ded Moroz (el abuelito de invierno para los niños rusos), o Jultomtem (el gnomo de la Navidad para los niños suecos), o Weihnachtsmann (el hombre de la Navidad para los más pequeños en Alemania), el Babbo Natale que es la versión italiana o Joulupukki que es como le conocen los niños finlandeses.

En definitiva, muchos son los nombres con los que conocemos a un mismo personaje, este viejecito de largas barbas blancas que viste de rojo y que lleva siglos entrando por las chimeneas o las ventanas de las casas de todo el mundo cargado con regalos por Navidad, eso sí, después de leer minuciosamente los millones de cartas con trillones de deseos de los niños de todo el planeta Tierra.

¿Dónde vive Papá Noel?

Sobre la localización concreta de la casa de Papá Noel también hubo confusión durante un tiempo, pero ya nadie duda de a dónde hay que enviar las cartas dirigidas a Santa que es originario de Laponia.

La dirección concreta es: Santa Claus Village, una residencia situada en el Círculo Polar Ártico; con el código postal: 96930 Rovaniemi, en Finlandia.

Salvo la noche del 24 al 25 de diciembre que Santa Claus está repartiendo regalos a lo largo y ancho del planeta a bordo de su trineo tirado por los renos, el resto del año, pasa su tiempo en la oficina, la oficina de Papá Noel encargándose de la misión que tiene encomendada: mejorar el bienestar de los niños y la bondad de los adultos, así como difundir el mensaje de amor y buena voluntad del Espíritu Navideño en todo el mundo.

Sin duda, Papá Noel es, de todos los habitantes de la Tierra, quien recibe más cartas, la mayoría en los dos últimos meses del año -en noviembre y diciembre-, y puede llegar a acumular millones de postales y cartas de niños y también adultos que le piden no solo juguetes, a veces, son deseos tan importantes como que algún miembro de la familia se ponga bueno, recupere la salud, porque no podemos olvidar que detrás de este personaje de leyenda está la historia de San Nicolás de Bari.

Nicolás había nacido en un pequeño pueblo de lo que hoy conocemos como Turquía y siempre destacó por su bondad. Pertenecía a una familia acomodada y cuando perdió a sus padres siendo muy joven, con tan solo 19 años por culpa de la peste, decidió emplear su riqueza en ayudar a los más pobres y se ordenó sacerdote llegando a ser obispo y más tarde santo y patrón de Turquía, Rusia y Grecia.

El trineo de Santa Claus y sus famosos 9 renos

La mejor forma para deslizarse por la nieve cargado de regalos, sin duda, es el trineo. Sobre todo, si ese trineo es mágico, como el de Papá Noel con sus famosos renos que no solo son capaces de correr y andar sobre y por la nieve, sino que pueden volar.

Rodolfo (Rudolph), Trueno (Donner), Relámpago (Blitzen), Juguetón (Vixen), Cupido (Cupid), Cometa (Comet ), Brioso (Dasher), Bailarín (Dancer), Acrobáta ( Prancer), estos son los 9 renos con los que Papá Noel puede recorrer todo el planeta con Rudolph y su luminosa nariz a la cabeza. Los renos que van a la izquierda del trineo son las hembras: Cometa, Acróbata, Trueno, Brioso y los que van del lado derecho son los machos: Bailarín, Juguetón, Cupido y Relámpago.

Sus pezuñas están especialmente adaptadas para atravesar superficies heladas y resbaladizas de hasta -50ºC. En mayo nacen cada año en Finlandia (país al que pertenece Laponia), cientos de renos, justo al comienzo de la primavera cuando eclosiona la vida. Crecen y se hacen grandes antes de que llegue el invierno y así ayudan en lo que pueden a Santa Claus.

El secreto de Rudolph

¿Por qué Rudolph va a la cabeza del tiro del trineo de Santa? Por varios motivos: el primero, sin duda, por su nariz roja que le sirve para poder ver mejor en la espesa niebla que suele haber en el Ártico en una madrugada tan invernal como la del 25 de diciembre. En segundo lugar, y no es menos importante, porque los renos pueden ver la luz ultravioleta algo que ni los humanos ni los demás mamíferos podemos, incluso nos causaría importantes daños oculares.

Esta asombrosa capacidad visual, descubierta por un equipo de científicos de la Universidad Global de Londres capitaneado por el profesor de Neurociencia Glen Jeffery, es parte de la singular adaptación de los renos a un medio ambiente tan extremo como el ártico en el que viven. Gracias a este estudio, ahora sabemos que los renos pueden ver hasta longitudes de onda tan cortas como de entre 350 y 320 nanómetros, que ya pertenecen a la franja ultravioleta del espectro electromagnético. Por comparar, los humanos somos capaces de ver luz con longitudes de onda que van desde alrededor de 700 nanómetros, correspondiente al rojo, hasta los 400 nanómetros, correspondiente al violeta, pasando entre ambos por todos los colores del arco iris.

*NOTA DE PAPÁ NOEL PARA LOS MÁS PEQUEÑOS: "Pronto estoy en camino, y recuerden, pórtense bien".