¿Por qué razón sufrimos o 'nos da' hipo?

Todo el mundo ha sufrido su incomodidad alguna vez. De hecho, nos suele afectar con cierta con frecuencia. ¿La parte positiva? Sabemos que no debería ser síntoma de ninguna patología grave. ¿La negativa? No sabemos a ciencia cierta cómo detenerlo. Es cierto que hay trucos, pero, eso sí, ninguno infalible cuando nos “entra hipo”.

Recibe el nombre de hipo tanto el sonido inspiratorio que puede escucharse como la contracción involuntaria del diafragma que lo causa. Asimismo, se produce de manera involuntaria e intermitente este movimiento del diafragma (un músculo situado en la basa de los pulmones), lo que provoca que la epiglotis (órgano cartilaginosa que, en el momento de la deglución, cierra la abertura superior de la laringe) se cierre y suene algo así como ‘hip, hip’.

Exactamente lo que ocurre cuando se da el hipo es que el diafragma desciende al inhalar para que los pulmones tomen aire y sube para soltarlo, pero lo hace de una manera anormal; subiendo o bajando ante de lo habitual.

El hipo se conoce en medicina como singulto, y, aunque creamos que puede comenzar sin razón conocida, en el 90% responde a una de las siguientes causas. Asimismo, hay que tener en cuenta que todo el mundo puede sufrirlo; independientemente de la edad, hasta los bebés o los fetos.

CAUSAS

-Beber mucho alcohol.

-Comer demasiado rápido o en demasía.

-Ingerir alimentos muy picantes o sazonados.

-Estar demasiado nervioso o excitado.

-Irritación del diafragma y otras alteraciones del estómago.

Lo normal es que el hipo se nos vaya de forma pasajera, pero hay casos excepcionales en los que puede llegar a durar semanas, o meses, convirtiéndose entonces en hipo persistente, que puede ser síntoma de alguna enfermedad estomacal y que debería ser tratado médicamente. Al que dura menos de 48 horas se llama ‘agudo’, y al que se extiende durante más de dos meses, intratable.

CÓMO QUITARNOS EL HIPO

El remedio para el hipo dependerá de la persona y de su situación. No obstante, algunos de los trucos más efectivos son los siguientes:

-Tomar una cucharada de limón o de azúcar.

-Respirar dentro de una bolsa.

-Beber un vaso de agua fría.

-Tomar agua agachado y con el cuerpo hacia adelante.

-Ser asustando sin que te lo esperes.