3ª CÉNATE LAS VENTAS

Dos tandas al natural de Valentín Hoyos en otra noche plúmbea en Las Ventas

Novillada mansa y descastada del hierro portugués de Couto de Fornilhos con la que la terna se va de vacío.

Natural de Valentín Hoyos ante el segundo novillo de Couto de Fornilhos en Las Ventas

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Noche de presentaciones en Las Ventas. Tres novilleros a pescar su oportunidad en las noches veraniegas madrileñas en las que, de momento, está pasando muy poco. En este tercer festejo del ciclo, la falta de raza vino de la mano del hierro portugués de Couto de Fornilhos.

Abrió el festejo un novillo bien hechurado con movilidad en banderillas con el que Santiago Esplá se mostró desacertado con los palos. Tampoco mejoró su imagen muleta en mano. Trasteo sin ideas ni resolución. Con la espada y con el descabello hubo aún menos pericia en su manejo.

Mejoró con las banderillas en el cuarto, pero Santiago se estrelló ante la mansedumbre e invalidez del novillo.

El segundo fue una prenda por el pitón derecho. Más en la línea “condesa” de la ganadería y feo por destartalado de pitones, se vino cruzado siempre por el ese lado tanto en los capotes como en la apertura de faena de Valentín Hoyos. Acertadamente, el salmantino se echó la muleta a la zurda para dejar muletazos de templado y profundo trazo aprovechando la nobleza pajuna que tuvo el novillo por ese pitón. Sobraron las dos últimas tandas, una por cada lado, con el toro ya rajado y sin celo. El fallo a espadas se llevó cualquier posibilidad de premio.

El precioso quinto fue solo eso, fachada. Después al utrero le costó moverse y rematar unas embestidas ayunas de empuje. Valentín puso voluntad y poco más. La estocada viajó a los blandos.

Marcos Núñez, triunfador del Camino hacia Las Ventas en 2021, pecho con un novillo de Couto de medias arrancadas y sin clase en sus movimientos. El mexicano estuvo tenaz e insistente hasta firmar un final que llegó a los tendidos y, tras una estocada baja de efectos fulminantes, se desató una ‘sanferminera’ petición de oreja que el palco no atendió.

Con la noche ya despeñada por el abismo de la intrascendencia, y entre alcoholizados vivas a España, Núñez se las vio con un último ejemplar hueco por dentro. Robó algún derechazo mandón dentro de un conjunto voluntarioso que concluyó de un nuevo espadazo caído.

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