Brote psicótico ¿puede darnos de repente o hay signos que nos avisan?
Afectan al 3% de la población, y se inician generalmente a temprana edad, pero ¿puede sorprendernos de repente y dejarnos fuera de juego?
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Hace pocos meses nos sorprendíamos con la historia del presentador Ángel Martín popular por el programa” Sé lo que hicistéis...”, que confesaba la complicada situación que le había tocado vivir. En 2017 estuvo ingresado 15 días por un brote psicótico, lo que le llevó a publicar el libro, "Por si las voces vuelven", en el que compartía a tumba abierta un tema tan complicado y tabú como la salud mental y tan temido por la sociedad.
DELIRIOS Y ALUCINACIONES
Los trastornos psicóticos afectan al 3% de la población, y se inician generalmente a temprana edad, entre los 15 y los 25 años. Pese a ello llaman la atención los datos: En los países de ingresos bajos y medios, entre un 76% y un 85% de las personas con trastornos mentales graves no recibe tratamiento; la cifra es alta también en los países de ingresos elevados: entre un 35% y un 50%, según la OMS (Organización Mundial de la Salud).
En un brote psicótico se produce una "pérdida de conexión con la realidad, la persona muestra cambios en su comportamiento, personalidad y pensamiento". Suelen presentarse en forma de delirios, es decir, falsas creencias acerca de lo que sucede o incluso sobre su propia identidad, alucinaciones (percibir cosas que no existen en realidad), junto con alteraciones psicomotoras (elevado nivel de actividad, sueño escaso o, por el contrario, enlentecimiento físico o cognitivo), señala a cope.es la neuropsicóloga de la Clínica López Ibor, Marta Galindo.
Estos brotes pueden dificultar lleve una vida normal, no solo por las alucinaciones, también porque los pensamientos circulan por nuestra cabeza desordenados entrelazándose entre sin relación alguna y creando gran desconcierto.
¿DE REPENTE?
La prevención de los brotes psicóticos resulta "compleja" ya que a menudo son "imprevisibles y vienen dados por la combinación de diferentes aspectos", advierte Galindo a COPE.
En cualquier caso, aclara la experta, los brotes psicóticos "no suponen un diagnóstico per sé". "Personas que conviven con otros problemas de salud mental son más proclives a sufrir un episodio psicótico, como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, demencias, cuadros depresivos graves, consumo de sustancias psicotrópicas o rasgos de personalidad suspicaces o desconfiados elevados. También pueden aparecer en personas sin historial psiquiátrico previo ante momentos de elevada emocionalidad o estrés".
SIGNOS DE AVISO
Tener claras sus señales puede ser crucial. Se pueden diferenciar diferentes tipos de síntomas psicóticos, que se clasifican en positivos o negativos. Los primeros se producen "cuando aparece un síntoma que no debería estar en el funcionamiento de la persona como los delirios, las alucinaciones, el pensamiento o conducta desorganizada". Por otro lado, los síntomas negativos se dan "cuando presenta una ausencia de emocionalidad o funcionalidad como el aislamiento, apatía y escasa respuesta emocional".
HERENCIA O MODO DE VIDA
Los episodios psicóticos tienen un origen multicausal, nunca se producen por un único aspecto. "Está demostrado que es más probable sufrirlos si hay antecedentes familiares, y mayor es la probabilidad cuanto más cercano genéticamente sea el familiar que lo ha padecido". No obstante, aunque "los genes aportan una predisposición o vulnerabilidad, son las condiciones ambientales las que hacen que el problema se manifieste o no". A esto hay que sumarle que la probabilidad de sufrir un brote psicótico "aumenta ante el consumo de sustancias psicotrópicas o el hecho de vivir situaciones de estrés muy intensas o mantenidas en el tiempo".
EL GRANITO DE ARENA DE LA COVID
La pandemia de la covid también ha aportado su granito de arena en el desarrollo de este problema. "Nos ha obligado a cambiar muchas rutinas e, incluso, planes de vida o el modo de relacionarnos y hacer frente a estos cambios en el día a día aumenta la sensación de estrés". También el hecho de que "por estos cambios se pierden beneficios o fuentes de satisfacción como el teletrabajo o el asistir a clase online, que reducen el contacto social y favorece el aislamiento".
Para Marta Galindo, el hecho de vivir aislado o en soledad no genera síntomas psicóticos, aunque "sí reduce que pongamos en marcha habilidades de interacción, reduce nuestra adaptación social, así como nuestra satisfacción. Estos aspectos generan menor calidad de vida en la persona y, por tanto, pueden afectar a nivel psicológico de manera negativa".
TRATAMIENTO
El abordaje debe de ser con persona y entorno y ante el primer episodio psicótico, se debe de intervenir con premura, de forma no solo que remita su sintomatología, también con el fin de prevenir un nuevo episodio.