Le contratan de urgencia como animadora en Barcelona y acaba pasmada con el sueldo que le dan: "Agobiadísima"
Le ha pasado a Andrea y no daba crédito al dinero que le ofrecieron una vez hubo terminado sus servicios, por lo que ha decidido contar su historia en TikTok
Madrid - Publicado el
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Sabemos, sin ningún tipo de duda, lo complicado que es muchas veces encontrar trabajo. El hecho de buscar suele ser un trabajo en sí mismo. Y es que inviertes muchísimo tiempo en preparar bien el currículum, moverlo por diferentes empresas, y ni qué decir tiene cuando te toca hacer entrevistas.
Suelen ser procesos muy largos, porque te citan para una o para varias entrevistas, y es todo un camino que puede llevarte meses y meses. Con eso ya cuentas cuando empiezas a buscar trabajo, por lo que, a menudo, necesitando el dinero para poder subsistir, llegas a aceptar cualquier trabajo que te ofrezcan para poder tener un dinero mientras sigues buscando.
De normal, son trabajos muy honrados que requieren muchas horas y termina siendo especialmente cansado, por lo que luego apenas te queda tiempo para buscar otro trabajo. Es importante tener en cuenta que son trabajos que deben tener unas condiciones muy atadas y bien especificadas, porque a menudo vemos cómo se pueden vulnerar esas condiciones laborales.
Tanto, que a veces se aceptan trabajos sin haber visto si quiera el contrato. Esto le pasó a una joven de Barcelona, que había pasado un proceso de entrevistas con una empresa y no le dijeron nada. Sin embargo, un buen día le contactaron porque necesitaban de forma "urgente" sus servicios. El resto, ha sido historia.
Se queda pasmada con lo que le pasa al acabar
Se llama Andrea y explicaba en su cuenta de TikTok esta historia. Una historia con la que ella misma terminaba alucinada por cómo acabó. "Increíble lo que me pasó" comenzaba diciendo en un vídeo.
Tiempo más tarde, acompañándolo de fotografías que certificaban lo que había pasado, admitía su historia. "Me llamaron para trabajar de monitora de chikipark diciéndome que necesitaban gente urgente y que pagaban bien, así que salí de clase sin comer ni nada, y y me fui para allí" explicaba.
Era entonces cuando contaba lo que le habían hecho hacer. "Al llegar, aparte de estar sudando x200, encargada de 16 niños y los padres, me hacen ponerme este disfraz", un disfraz que era de un peluche, imitando a un personaje de una película de Disney. Solo con ver la foto y las circunstancias en las que estaba, se aprecia que se puede pasar mucho calor dentro de él.
"Sí, estuve agobiadísima y al rato me enteré de que trabajaba sin contrato y cobrando una m****" escribía". Y sí, en este caso se refería al sueldo, con el que se quedó pasmada. Y es que, como ella misma apuntaba, por cuatro horas de trabajo, solo le pagaron 20 euros.
Dimite el primer día como camarera en un restaurante de Barcelona por lo que le obligan a firmar
Esta experiencia de la joven la ha contado la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero, que se dedica a recopilar este tipo de historias en su cuenta y a ayudar a sus compañeros de trabajo (aunque no los conozca personalmente).
Dice que ella le mandó esta historia, pero prefirió mantenerse en el anonimato, al igual que omitir el nombre del restaurante. Igualmente, se refería a él como "restaurante muy famoso de Barcelona".
Pues bien, entre las condiciones de trabajo, le daban alojamiento para poder trabajar allí. Sin embargo, nada era lo que parecía. "Se fue el primer día de trabajo al ver las condiciones de alojamiento y por alguna de sus condiciones" expresaba en esta cuenta.
Y es que lo que le hacían firmar no se ha visto en otro lado. Eran una serie de condiciones que muchas no tenían ni pies ni cabeza. "La camarera siempre debe sonreír, y ser amable, muy amable.
En otras, se pedía que a "la camarera le guste lo que haga y lo haga con amor y cariño, porque sino todo sale de mala gana. Si son aprendices, con más razón deben ser más felices de aprender una profesión".
No solo eso, sino que "amenazaban" al personal al decirles que si se equivocaban con una orden, se les cobraría lo olvidado, y si rompían una vajilla, se les cobraría 5 euros.
Como puntilla, el alojamiento que les ofrecían era una cama en medio de la cocina, por lo que puedes imaginar que no era especialmente salubre.