El factor que influye en la grasa que pierdes mientras haces deporte: atento a esta señal del cuerpo
Aunque los recursos más comunes para perder peso son la dieta y el ejercicio físico, hay otros indicadores que influyen a la hora de adelgazar
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Cuando queremos adelgazar, solemos reunir toda la información posible para garantizar que la pérdida de peso sea efectiva. Los recursos más comunes son la dieta, es decir, comer más sano de lo que solemos comer, y hacer ejercicio. Solemos hacer todo esto para alcanzar nuestra meta de tener un peso más beneficioso para nuestra salud y que, en cierta forma, ayuda a nuestra autoestima al vernos mejor.
Uno de los factores que más influye es nuestro metabolismo, es el proceso que lleva a cabo nuestro cuerpo para convertir los alimentos que ingerimos en energía. Se trata de un proceso vital para cualquier ser vivo. Esta energía es la que consigue que seamos capaces, por ejemplo, de respirar o de hacer la digestión, y proviene de carbohidratos, proteínas, grasas y fosfatos.
La relación de hacer ejercicio y quemar grasa
Sin embargo, la velocidad a la que usamos la energía y la cantidad que tenemos disponible varía según la persona. Además, también depende de una serie de factores, como la ingesta alimentaria, la edad, el sexo y la intensidad o frecuencia con la que hacemos ejercicio. Estas diferencias surgen, mayoritariamente, debido a la variación en las cantidades de grasa en comparación con la masa magra (el peso de lo que no es grasa) en el cuerpo de una persona. Cuanta más masa magra y menos grasa corporal, más eficientemente será el funcionamiento del metabolismo de nuestro cuerpo. Es por eso muchos intentan acelerar su metabolismo, ya que cuando quemamos más de lo que comemos es cuando empezamos a adelgazar.
Si hacemos ejercicio a intensidades más bajas, (como caminar) no es necesario mucho esfuerzo por parte de nuestros músculos. Por lo que el suministro de energía proviene principalmente de las grasas. Pero, la grasa no puede metabolizarse lo suficientemente rápido a medida que aumenta la intensidad del ejercicio. Por lo que el cuerpo utilizará los carbohidratos, que pueden metabolizarse con mayor rapidez.
Curiosamente, en el otro lado del espectro (el estado de reposo), la cantidad de calorías que nuestro cuerpo necesita para funcionar es considerablemente baja, lo que hace que nuestro organismo metabolice principalmente la grasa.
¿Cuánta grasa podemos quemar?
Los investigadores tienen varios enfoques para esto. Uno de dichos enfoques se basa en la evaluación de la cantidad de grasa que se utiliza para obtener energía durante las diferentes intensidades de ejercicio. A medida que una prueba de ejercicio se vuelve cada vez más difícil para una persona, los fisiólogos han podido calcular las contribuciones relativas de grasas y carbohidratos para satisfacer la demanda de ejercicio de una persona.
La frecuencia cardíaca para este último rango está en los 70 latidos por minuto y 160 latidos por minuto cuando hacemos algún tipo de ejercicio moderado. Al tratarse de una diferencia tan amplia, es posible que, en muchas ocasiones, la persona que hace deporte no esté optimizando su capacidad para metabolizar la grasa.
Las teorías sobre cómo adelgazar de la manera más rápida y efectiva son muchas y diversas. De hecho, una de estas teorías dice que si consigues elevar tu frecuencia cardíaca al 60% mientras haces deporte, nuestro cuerpo entra en la llamada 'zona de quema de grasa' que es óptima para la pérdida de peso.
La mencionada como 'zona de quema de grasa' ocurre entre el 50 y el 72% del dVO2 (suministro y consumo de oxígeno) máximo de una persona. Pero esto no es igual para todo el mundo, ya que se ha demostrado que la capacidad de quemar grasa también se basa en la genética de cada persona. Además, también se ha descubierto que la cantidad de grasa que quemamos durante el ejercicio es, sorprendentemente, muy pequeña, incluso para las personas que practican deporte con frecuencia o que son atletas, que es alrededor de unos 30 gramos cada hora.
Cómo combatir el hambre emocional
Seguramente te habrás dado cuenta de que, cada vez que hacemos dieta, se nos antoja comer entre horas el primer alimento que encontramos en la cocina. Lo curioso es que nunca nos entran ganas de comer "unas acelgas con vinagre, sino picoteo, bollería, etc.", solo queremos comida basura.
Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos, ha explicado en COPE que estas repentinas ganas de comer se conocen como hambre emocional. Se trata de "la sensación de querer comer, pero en respuesta a emociones, que pueden ser positivas o negativas. Si no por el contexto o porque estamos con más personas y apetece socializar, todo eso nos lleva a un hambre emocional. Se distingue de la real por unas pautas: la emocional aparece de repente, no gradual, que es como aparece la fisiológica", añade.
Y, cuando cedemos a estos deseos, terminamos arrepintiéndonos. Escucha su explicación, al completo, en el siguiente audio.
Consultorio sobre el deporte y hábitos saludables
Hace tres años, durante el estado de alarma del coronavirus, el profesional Paco Dávila, de Reebok Sports Club La Finca, uno de los gimnasios de más prestigio y nivel de Madrid, inauguró el consultorio 'Puesta en forma y hábitos de vida' en COPE. El entrenador respondió en directo a las preguntas de los oyentes sobre los hábitos de vida saludable. Para el consultorio te invitamos a reproducir el contenido del enlace del siguiente vídeo.