BIODIVERSIDAD CLIMA
El clima del pasado determina la distribución actual de los bosques áridos
Un estudio del Laboratorio de Biodiversidad del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla, en colaboración con la Universidad de Alicante, aporta nuevas evidencias sobre el papel clave del clima del pasado en la distribución actual de los bosques áridos a escala mundial.
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Un estudio del Laboratorio de Biodiversidad del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla, en colaboración con la Universidad de Alicante, aporta nuevas evidencias sobre el papel clave del clima del pasado en la distribución actual de los bosques áridos a escala mundial.
El Laboratorio de Biodiversidad y Funcionamiento Ecosistémico del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS/CSIC) participa en un trabajo publicado en la revista Nature Plants que contribuye a entender mejor los impactos del cambio climático y la desertificación sobre los bosques de las zonas áridas.
Conocer la distribución de los bosques y las variables ambientales que la determinan es esencial para restaurar con éxito los ecosistemas degradados de las zonas áridas y mitigar los impactos del cambio climático y la desertificación mediante la plantación de árboles.
La disponibilidad de agua es el principal factor limitante para el desarrollo de los bosques en zonas áridas, pero hasta ahora no se había estudiado el papel que juegan los acuíferos y el clima de épocas pasadas como impulsores de su distribución a escala global.
La utilización conjunta de una base de datos fotográfica de 100.000 bosques, herramientas de inteligencia artificial y modelos estadísticos avanzados ha permitido a los investigadores estimar la extensión de los bosques de las zonas áridas, cuantificada en este estudio en 1.283 millones de hectáreas (200 millones de hectáreas más que las estimadas existentes hasta la fecha), así como su localización actual.
De acuerdo con este análisis, más de la mitad de la superficie forestal mundial de las zonas áridas está fuertemente influenciada por las condiciones climáticas del pasado, según los investigadores, que también han acoplado la información sobre el clima del pasado y los acuíferos a modelos climáticos futuros para poder predecir las zonas áridas que podrían sufrir futuras pérdidas y ganancias de bosques bajo escenarios socioeconómicos y climáticos realistas.
El estudio sugiere que no es posible entender la distribución actual de los bosques de zonas áridas a nivel mundial sin tener en cuenta los legados climáticos del pasado.
Gran parte de los bosques actuales de zonas áridas podrían haberse establecido en un clima más húmedo y con acuíferos con mayores niveles de agua, lo que implica que reforestar o aforestar zonas áridas podría ser mucho más complicado de lo que se pensaba.
Los resultados de este trabajo pueden orientar las acciones de restauración evitando las zonas inadecuadas para el establecimiento de árboles y seleccionando especies alternativas (por ejemplo, hierbas o arbustos) en áreas donde las futuras condiciones climáticas y/o el agotamiento de los acuíferos pueden no permitir el establecimiento de árboles en un mundo cada vez más seco.
Los hallazgos del estudio cuestionan además la idea de que se pueden utilizar las estimaciones de la distribución de los bosques basadas únicamente en las condiciones climáticas actuales para guiar los esfuerzos de restauración en las zonas áridas, especialmente teniendo en cuenta el aumento de aridez previsto para las próximas décadas en buena parte de las zonas áridas del mundo.