ESCUELAS NATURALEZA

Las escuelas bosque reclaman su espacio en el sistema educativo reglado

Ana Tuñas Matilla

Agencia EFE

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Ana Tuñas Matilla

Las escuelas bosque o escuelas en la naturaleza reclaman su inclusión en el sistema educativo reglado, como ya ocurre en Alemania, Reino Unido o Dinamarca, donde son reconocidas por los beneficios físicos y psicológicos que aportan a los niños que, además, aprenden a amar y a cuidar el medio ambiente.

En España, existen actualmente unos 60 centros de este tipo y, aunque cada uno tiene su propia identidad, todos comparten líneas comunes: la mayor parte de la jornada transcurre en contacto con la naturaleza, una ratio máxima de 8 niños por educador, un refugio y grupos de edades mixtas de 3 a 6 años.

Dado que quedan fuera del sistema reglado, sólo atienden a niños de esas edades, correspondientes a la etapa de educación infantil, de la que cumplen el currículum y que precede a las de enseñanza obligatoria (Primaria y Secundaria).

Ya son muchos los estudios científicos que demuestran que estar en la naturaleza genera bienestar y mejora la salud mental y física del ser humano, ha subrayado María Mayorga, fundadora, junto a Bibiana Marful, de la Asociación Nacional de Educación en la Naturaleza de España (EdNa).

Lo saludable, por tanto, es poder estar en espacios verdes y abiertos, en los que el sistema inmune se expone y se fortalece, en los que se nos permite movernos y nutrirnos de todos los beneficios que el entorno natural ofrece a nivel sensorial (sonidos, olores, texturas, movimientos sutiles, susurros...)".

Además, el entorno natural es un escenario idóneo para el desarrollo físico, así como para la regulación de emociones, el fomento del pensamiento científico, matemático y deductivo, o la comprensión del mundo a través de una exposición real al mismo y a sus procesos.

Aprender en la naturaleza, impulsa la creatividad, permite asumir pequeños riesgos (necesarios para desarrollar autoestima, autodeterminación, confianza, liderazgo o cooperación) y "nos muestra que no estamos solos, que cohabitamos con otras especies y que las funciones de todos son esenciales", ha apuntado.

Cada vez son más las familias que demandan otro tipo de educación para sus hijos y las escuelas bosque deberían, como mínimo, ser reconocidas por ley y ser homologables, ha aseverado Mayorga, que ha subrayado que en países como Alemania, incluso están subvencionadas.

SOMOS NATURALEZA

"Necesitamos la naturaleza para sentirnos bien, para estar equilibrados. Estamos viendo muchos problemas en la infancia y la adolescencia por el alejamiento de la naturaleza que han sufrido muchas generaciones", ha subrayado Marful, también coordinadora del proyecto educativo "Nenea, medrar creando" (Lugo).

El objetivo es mantener el vínculo con la naturaleza con el que nacemos. No se trata de "aprender a cuidar del medio para cuando somos adultos, sino de sentirse parte de él, porque si te sientes parte de algo, el vínculo es mayor".

Durante décadas, ha lamentado, nos hemos sentido superiores al medio, al que hemos visto como un recurso, "al que usamos, pensando que es nuestro en lugar de entender que somos parte de él", y eso ha llevado a que el ser humano sea hoy el ser más dañino para el planeta.

Hay que dar una alternativa a esas familias que no quieren para sus hijos las consecuencias físicas y mentales de una infancia "cautiva", sin apenas tiempo para jugar, repleta de desplazamientos en coche y pantallas, sin espacio para gritar o expresarse, y que "quieren darles lo mismo que ellos tenían cuando iban al pueblo".

En general, en España es difícil implantar modelos de innovación educativa (...) y hay que negociar con cada comunidad, "por eso queremos llegar al Ministerio de Educación", según la educadora, que ha apuntado que, no obstante, algunos centros, como la escuela bosque Cerceda, en la sierra de Madrid, han logrado homologación.

AULAS CONECTADAS CON EL EXTERIOR

Para acercar el concepto de escuela en la naturaleza a la enseñanza obligatoria, The English Montessori School (TEMS), en Aravaca (Madrid), trasladará en 2024 a sus alumnos de entre 7 y 17 años a unas nuevas instalaciones más sostenibles (materiales naturales, energía solar, aerotermia, etc) y conectadas al medio.

Para los más pequeños, construyeron hace años la que denominaron Discovery House, que cuentan con un entorno de progresión natural, único y completamente adaptado a Montessori, método basado en aprender experimentando y explorando, según la directora de TEMS, Sarah Ebery.

Las nuevas instalaciones han sido diseñadas para crear una mayor conexión con la naturaleza y trasladar el aprendizaje al exterior, en la medida de lo posible, mediante aulas con espacios abiertos desde los que poder observar la naturaleza.

"Para proteger la naturaleza hay que amarla y eso es lo que queremos fomentar", ha subrayado Ebery, que en su país de origen, Reino Unido, dirigió una "escuela playa" y defiende que educar en y con la naturaleza ofrece independencia, confianza, resiliencia y bienestar físico y mental, bases de la felicidad.