PREGÓN DE ÁNGEL RODRÍGUEZ AGUILOCOHO EN LA SEMANA SANTA DE JEREZ 2019

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Ángel Rguez. Aguilocho, empleado de banca de 45 años de edad, y colaborador de Cope en su día, pregonó la Semana Santa de Jerez en la primavera de 2019, llenando el Teatro Villamarta de la magia de la sencillez, de la poesía del sentimiento y de un tono quedo, intimista

y empático que convirtió su obra en un espejo en el que se vieron reflejados los cofrades de la ciudad. Un pregón con alma en cualquier caso. Hizo un canto a las experiencias que le han acompañado a lo largo de su vida en unas cofradías que ha vivido desde niño. Nacido junto a la Iglesia de la Victoria, su Hdad. de la Soledad ha marcado su personalidad como nazareno, costalero, miembro de junta de gobierno. La muerte de su amigo Nono vestido de nazareno lo hizo más tarde cofrade del Santo Crucifijo. Miembro del Consejo de la Unión de Hermandades, capataz de las Tres Caídas, auxiliar de capataz en otras y costalero en hasta cinco hermandades, su canto lleno de matices, de verdades, de vivencias y de anécdotas ha respondido al estilo siempre enarbolado en sus alocuciones pregoneras que comenzaron en la Ofrenda Lasaliana a la Estrella y tuvieron hito conmemorativo en el 450 aniversario de la Soledad. En Villamarta, por su parte, habló de las esperas, de los niños o de los músicos a los que homenajeó por su esfuerzo y dedicación, su Primera Comunión, su encuentro infantil con el Señor de la Cena y su promesa de ser su costalero, los versos al Señor de las Tres Caídas apoyado en la guitarra de Lupi de Jerez o el desnudamiento personal protagonizado acompañado del piano de Jerónimo Sánchez. Cantó la madrugada del Viernes Santo, Noche de Jesús en Jerez, desde el luctuoso episodio del amigo fallecido con su túnica puesta y con su escalofriante relato de la amanecida con más pena que pueda haberse vivido jamás. Y completó su pregón con un recorrido histórico y pasando de lo intimista a lo soberbio en un final espléndido en el que asomaron brillantes sus titulares del Descendimiento y la Soledad