Arqueología

La capital de Tartesos, la Atlántida... ¿Qué hay bajo los trigales de Mesas de Asta?

La Universidad de Cádiz (UCA) trabaja en el proyecto de Intervención Arqueológica Preventiva adjudicada por la Junta de Andalucía para el yacimiento de Asta Regia

Gabriel Álvarez

Jerez - Publicado el - Actualizado

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Las tierras de cultivo existentes sobre la loma en la que se asienta la actual barriada rural jerezana de Mesas de Asta guardan un tesoro arqueológico cuya naturaleza será descubierta físicamente cuando haya fondos para ello. Pero ya están siendo sometidas a la prospección y estudio geofísico que la Universidad de Cádiz (UCA) realiza desde que la Junta de Andalucía adjudicara estos trabajos a principios de este mes de octubre. Un par de meses se ha dado para ello y, llegado ese momento, se espera contar con fehacientes detalles de una realidad sobre la que fue heróico impulsor, por su soledad en el empeño, el historiador Manuel Esteve Guerrero en los años 40 y 50 del pasado siglo.

Desde el final de la Edad del Bronce se estima este asentamiento humano establecido entre los siglos XIII al IX antes de Cristo pero que habría perdurado hasta la Edad Media, hasta el siglo X concretamente. La Xera antigua, en el asentamiento de la actual Jerez de la Frontera, a nueve kilómetros del yacimiento, habría nacido quizá o al menos crecido en base a la pérdida de importancia paulatina y posterior desaparición de aquel otro poblamiento en el que los vecinos de esta ciudad, conocida hoy por su vino, sus caballos o su flamenco, busca también ahora, con denuedo, una parte importante de su identidad.

De momento, la redacción del proyecto de Intervención Arqueológica Preventiva y puesta en marcha de la misma, con base en esa prospección y estudio geofísico del actual Bien de Interés Cultural (BIC) que es el yacimiento, llena de esperanzas a cuantos jerezanos sueñan con que lo que se encuentre no sea sólo el espejo en que halle parte de su identidad local, sino también una posible fuente de riqueza para la ciudad por la vía del turismo que pudiera generar. Muchos de ellos se agrupan ya en una pujante y creciente Plataforma por Asta Regia en la que gente de la cultura y ciudadanos en general trabajan intensamente.

Lo que está haciendo la UCA es un estudio del terreno con metodología no invasiva con la intención de poner al día los trabajos de investigación realizados. Recuperar y revisar la documentación de las excavaciones del historiador Manuel Esteve y culminar la memoria de la amplia prospección arqueológica realizada en 1992 y 93 en la necrópolis es el objetivo. Dos campañas, una de inventario y catálogo y otra de georreferenciación y posicionamiento con GPS centímétrico. Esto se realiza mediante un equipo georradar StreamX. Es tecnología 3D y permitirá conocer tridimensionalmente el estado y la precisa localización de los restos conservados.

El trabajo es arduo. No en balde se trata de cuadricular y sectorizar un yacimiento que, sólo en la ciudad intramuros hoy en día enterrada bajo las tierras de cultivo, cuenta con 25 hectáreas. 60 hectáreas en total se estiman de una urbe cuya importancia real está aún por fijar pero que habría sido ocupada por tartesos, fenicios, turdetanos, romanos e islámicos. Hay mucho terreno que investigar pero los sueños lo son aún más. ¿Podríamos estar hablando de esa capital de legendario reino de Tartesos que tanto se arrogan otros enclaves del sur de España? ¿Y si se estuviera trabajando en un enclave crucial para el descubrimiento de la Atlántida teniendo en cuenta que fue zona inundable?

En estos movimientos de la UCA se espera identificar áreas funcionales como la antigua ciudad amurallada, otros pequeños núcleos de habitación y puntos estratégicos de defensa ubicados en las zonas más elevadas de las Mesas, la Necrópolis Oeste en los cerros del Rosario, la Necrópolis Este y la zona denominada El Cerro, las vías de comunicación terrestres y fluviales, las zonas portuarias en el Muelle, los Regajos y la Laguna del Mortero, las zonas industriales, alfares y villas agrícolas. Y ello se vive en los entornos culturales y también ciudadanos en general de Jerez como una apasionante aventura, la verificación de cuanto de momento no se ve y se está deseando tener al descubierto.