Asidonia-Jerez

Monseñor Mazuelos: "Dejo un laicado mucho más vivo"

El nuevo obispo de Canarias visita Cope-Jerez antes de despedirse de la Diócesis en una eucaristía que tendrá lugar este viernes en la Catedral

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Monseñor José Mazuelos Pérez preside este viernes una solemne celebración de la Eucaristía que, a su condición habitual de inicio del nuevo curso pastoral, suma en la Catedral del Salvador la despedida de quien ya es nuevo obispo de Canarias. Su nombramiento a inicios de junio pasado materializará esta nueva misión el próximo 2 de octubre, fecha en la que tomará posesión en la Catedral de Santa Ana, en Las Palmas.

El primer templo diocesano de Jerez se llenará esta tarde por multitud de fieles que quieren mostrarle un último gesto de cariño tras los once años y medio de un desempeño pastoral que ha desgranado en esta entrevista. No en balde la plantilla de Cope-Jerez, con su director José Luis Mendoza al frente, lo ha recibido en sus instalaciones unas horas antes de la misa deseándole todo lo mejor en esta nueva etapa de su episcopado.

"No siempre da uno la talla"

Mazuelos se ha congratulado de dejar "un laicado mucho más vivo" pero, junto al repaso a otros logros de estos años diocesanos a su frente, tampoco oculta que "hay que pedir perdón a tanta gente, hacer autocrítica, no siempre da uno la talla", reconoce. Pero se muestra satisfecho y atribuye a tantos seglares comprometidos "los 21 seminaristas de hoy en día" o la responsabilidad de atención a los más necesitados en medio de la pandemia.

A los sacerdotes "lo primero es darles las gracias; ellos han hecho posible realizar mi misión aquí". Les insta a "que sigan trabajando igual con el que venga". Y lamenta, de otro lado, que han sido años de reducción de la vida consagrada: "Es una tristeza, voy a una diócesis que tiene apenas un monasterio femenino y uno masculino, aquí, pese a todo, tenemos unas comunidades muy vivas". "Prescindir de lo religioso es imposible", sentencia.

Formación cofrade pendiente

"Nunca puede decir uno que ha acabado su labor", afirma al ser preguntado por lo que haya quedado pendiente. "Me hubiera gustado haber puesto en marcha una formación más seria en las cofradías, en las que se desinfla un poquito la eclesialidad y se entra más en la política cofrade", asegura subrayando con todo que "también el coronavirus nos ha visibilizado como Iglesia activa, y las cofradías con sus costaleros unidos a Cáritas son un ejemplo".

"Despedirse siempre es triste", dice el nuevo obispo de Canarias afirmando que, no en balde, "dejo aquí once años de mi vida". "Echaré de menos la plaza de abastos de Jerez, ver a mis pescaderos a los que compraba el pescado", reconoce añadendo todo aquello con lo que ha estado tan conectado estos años: "Echaré de menos su idiosincracia, el flamenco que se puede escuchar en cualquier momento y ese jerez de honor con que se concluye todo aquí".

Nuevo destino y sucesor en Jerez

"No conocía Canarias, apenas una conferencia que fui a dar en una ocasión", señala. "Ahora he estado tres días preparando mi llegada y lo que sí sé es que el Señor me está esperando en la plaza de Santa Ana para darme la mano al inicio de una nueva misión". Y sobre sus primeras percepciones pastorales asegura que "es una tierra muy mariana, si hay devoción a María y una buena piedad popular ya tenemos una buena punta de lanza".

"Habría que poner una multa a quienes no acierten en sus vaticinios", dice el obispo con gracia. Y segura que "hasta que yo no salga de aquí la Iglesia no pondrá en marcha la maquinaria; decir que viene fulanito o menganita es una mera conjetura, como mínimo hasta dentro de tres meses aquí no habrá nuevo obispo". Aún no está claro si, una vez se marche, se mantendrá como administrador apostólico o será nombrado administrador diocesano hasta la llegada del nuevo obispo.