Asidonia-Jerez

Rico Pavés: "Para vivir Pentecostés hay que hacerse rociero, hay que ser del todo y siempre de María"

El obispo de Asidonia-Jerez reflexiona sobre la solemnidad de Pentecostés que se celebra este domingo y tiene un recuerdo para cuantos diocesanos lo festejan en la conocida Romería

Gabriel Álvarez

Jerez - Publicado el - Actualizado

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Llega Pentecostés y se hace muy difícil la celebración aquí, en nuestra tierra, sin un recuerdo para quienes participan en la Romería del Rocío. Son miles de diocesanos de Sanlúcar de Barrameda, Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Rota, Arcos de la Frontera y Chipiona, las localidades que tienen hermandad rociera, los que están ya en camino por Doñana. Otros muchos se sumarán directamente en la Aldea almonteña este fin de semana. Y monseñor José Rico Pavés se acuerda de ellos. Escúchalo aquí, en su reflexión semanal.

Pero todo comienza en la Liturgia: "El Señor realiza en el corazón de sus fieles las mismas maravillas que obró en los comienzos de la predicación evangélica; la liturgia de Pentecostés nos habla de las maravillas divinas que el Señor realiza en el corazón humano: Jesús resucitado cumple la promesa hecha a los discípulos antes de su muerte, pide al Padre que envíe otro defensor, el Espíritu Santo", explica en esta intervención que, además, puedes escuchar hoy viernes en 'El Espejo de Asidonia-Jerez' y en 'Iglesia Noticias' el domingo.

Recuerda "la efusión espiritual e invisible" que, mediante el soplo de Jesús a sus discípulos anticipó el misterio de cada Pentecostés. "El Evangelio del Domingo de Pentecostés nos permite reconocer algunas de las maravillas que el Espíritu Santo obra en el corazón de los fieles", añade. "La Paz del Espíritu es tranquilidad del orden, sosiego en el progreso, concordia en las relaciones, serenidad en el ánimo... Quien protege la paz camina en el Espíritu", indica el pastor de Asidonia-Jerez en su comentario para este domingo.

Es al final de su reflexión cuando tiene un guiño para los romeros: "En la solemnidad de Pentecostés todos nos hacemos rocieros para honrar a la Blanca Paloma, imitar su docilidad al Espíritu Santo, recibir de Ella al Salvador del mundo, sabernos peregrinos en el camino de la vida, experimentar el consuelo del perdón de Dios, renovar nuestro compromiso misionero y mantener vivo el abrazo maternal de la Virgen María". Conclusión: "Para vivir Pentecostés hay que hacerse rociero, hay que ser del todo y siempre de María". Escúchalo. No te lo pierdas.

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