Consumo
¿Sabías que el vino de Jerez sana?
La ciencia testifica propiedades curativas que la sabiduría popular, los deseos de encontrarle algo más que deleite o el propio nobel Alexander Fleming ya venían sugiriendo
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
"Cortitas y frecuentes". Así recomendaba el consumo de vino de Jerez un recordado viajante, como hace decadas se llamaba a los comerciales de las bodegas, que recorrían las carreteras españolas (éste en motocicleta) convirtiéndose en antesala y origen del envío de las cajas que los establecimientos visitados contrataban con él. Diego Asencio se llamaba y, en los años setenta, pareciera médico que estableciera posologías adecuadas para un producto a disfrutar con medida aunque consciente de su condición curativa. Del espíritu al menos, pero no sólo.
Hoy en día pueden encontrarse verificaciones científicas de estas propiedades y, pese a las lógicas llamadas a la moderación en el consumo de alcohol y la evitación directa en el caso de los menores, lo cierto es que no caben dudas sobre la calidad, como remedio ante algunos males concretos, de estos productos que, como los principales vinos del Marco de Jerez, contienen alcoholes originados en un proceso biológico natural. El deleite para los paladares alcanza, pues, condición terapéutica innegable desde antes de la afirmación de Alexander Fleming.
El Premio Nobel de Medicina en 1945, aseguró que "si la penicilina cura a los enfermos, el jerez resucita a los muertos". Lo dejó escrito en una bota de vino cuando en la zona ya era común mezclarlo con yemas de huevo para elaborar un popular reconstituyente bautizado con el nombre de 'candié'. Más cercano en el tiempo, 2004, está el estudio de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla que demuestra que el consumo moderado de los vinos del Marco reduce los niveles de colesterol en sangre mejorando la circulación.
Estas conclusiones están publicadas por la revista Journal of the Science of Food and Agriculture. Otras posibilidades colaterales como bajar de peso, cuidar la piel o prevenir el cáncer son otros efectos atribuidos al jerez con dispar fundamento. Existen teorías que defienden que combate los radicales libres evitando la oxidación celular, ayudando a la liberación de lípidos y grasas saturadas. Combatiría, así, la retención de líquidos ayudando a la circulación sanguinea. Incluso se le atribuye contribución a que las células no se multipliquen descontroladas generando cáncer.
Una copa diaria. "Cortitas pero frecuentes", como decia Diego Asencio. Los polifenoles que contiene el jerez como otros vinos, ácidos antioxidantes que combaten el colesterol malo (LDL), evitan que se pegue en las paredes interiores de las arterias favoreciéndose un efecto anticoagulante y la deseable vasodilatación. Están en la piel, la pulpa y hasta las semillas de la uva palomino, pobladora de las viñas del Marco de Jerez. Todo un tesoro que conduce a que un copa de vino sea algo más que puro deleite para el paladar.