El mapa que muestra cuáles son los siete idiomas más difíciles de aprender para los españoles

Al margen del inglés, francés y alemán -las lenguas más aprendidas en nuestro país- muchos profesionales tienen la necesidad de formarse en sistemas de comunicación más complejo

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Toni Cruz González

Córdoba - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Vivimos en un enorme Babel esférico. Se cree -es una cifra estimada, claro, sobre la que elucubró The Washington Post- que coexisten unas 7.100 lenguas en la Tierra. De ellas, el noventa por ciento tienen -al menos- 100.000 hablantes. Desde una remota tribu hasta la megalópolis más conocida, todos los humanos necesitamos el idioma para comunicarnos. Incluso en una era en la que los emojis y la inmediatez han restado algo de importancia, conocer otras lenguas resulta fundamental para entendernos los unos con los otros.

Es muy probable que usted hable inglés, francés o alemán. Según ABC, el 77,9 % de los españoles que estudian idiomas se decanta por la lengua de Shakespeare mientras el 11 % lo hace por la de Sartre y el 7,8 por la de Kant. Otros lenguajes a los que se tiende en el país son el italiano (2,8%), japonés (2,1%), árabe (1,4%), chino y ruso (1,1%), rumano o coreano.

Pues bien, la empresa experta en el aprendizaje de idiomas Lingoda ha realizado una lista de los idiomas más difíciles de aprender. Al menos, los más difíciles de aprender para los hispanoparlantes (recuerden aquél refrán de: “Asombróse un portugués/ al ver que en su tierna infancia/ todos los niños de Francia/ supieran hablar francés”).

Y así, los siete idiomas que más nos cuesta aprender a los españoles -y al resto de los que hablan nuestra lengua- son:

Chino: concretamente, el mandarín, que es el idioma oficial de China (en realidad, el cantonés, taiwanés o cualquier otra de sus variantes tampoco parece nada sencillo). Los caracteres chinos, a veces llamados sinogramas (汉字/漢字, chino: hànzì, japonés: kanji, coreano: hanja; literalmente, ‘carácter han’), son un sistema de escritura de tipo logográfico y originalmente silábico, desarrollado por los chinos han en torno a la llanura del río Amarillo y adoptado por varias naciones de Asia Oriental (sinoesfera). Los sinogramas eran utilizados antiguamente por las naciones de Asia del Este para escribir textos en chino clásico, y posteriormente lo han sido en la escritura china y la japonesa, así como en la coreana, en la antigua escritura vietnamita y en otros idiomas. Además, la pronunciación tampoco nos resulta familiar, precisamente.

Árabe: a pesar de ser uno de los cinco idiomas más hablados del mundo y de la innegable influencia de su cultura en nuestra península, también nos cuesta. El alfabeto árabe, también conocido como «alifato» en español (de alif, su primera letra), es la escritura usada en muchas lenguas de Asia y África, tales como el árabe, el persa y el urdu. Es el segundo alfabeto más extendido a nivel mundial, sólo detrás del alfabeto latino. Además, se escribe de derecha a izquierda. Eso sí, no nos resultan ajenas palabras como albaricoque, tambor, alférez, acequia, aljibe, alberca, noria, alcachofa, zanahoria, alfalfa, azafrán, azúcar, algodón, azucena, azahar, arrayán, retama, mejorana, tarea, alfarero, taza, jarra, marfil, azufre, aduana, almacén, arroba, fanega, maravedí, aldea, alcoba, celosía, azulejo, alcantarilla, almohada, alfombra, almíbar, babuchas, laúd, ajedrez, alcalde, alguacil, alambique… Todas proceden del árabe antiguo.

Japonés: el idioma japonés tiene tres tipos de letras: "hiragana", "katakana" y "kanji". El "hiragana" y el "katakana" son alfabetos fonéticos; cada letra representa una sílaba. Los "kanji" son ideogramas, o sea que poseen significado. Si sirve de consuelo, su gramática resulta algo más sencilla que la del chino. Viajar al conocido como “País del Sol Naciente” supone una auténtica inmersión en una cultura y una forma de vida totalmente distinta a la nuestra, sobre todo porque Japón ocupó en 2018 el puesto 37 de 80 países evaluados en el séptimo informe Education First (EF) English Proficiency Index (EPI), que mide el nivel de manejo del idioma inglés entre la población adulta. Vamos, que hablan menos inglés que los españoles.

Coreano: El alfabeto coreano o hangeul (romanización revisada del coreano, hangeul; McCune-Reischauer, han'gŭl; Yale, han-kul) es el alfabeto nativo coreano (en contraste con los hanja, o caracteres chinos). Cada bloque silábico hangul consiste en alguno de los 24 fonemas (jamo): 14 consonantes y 10 vocales. Históricamente, tenía 3 consonantes y una vocal más. Estos bloques silábicos pueden ser escritos tanto horizontalmente, de izquierda a derecha, como verticalmente, de arriba hacia abajo, con las columnas dispuestas de derecha a izquierda. Este idioma es una lengua aislada que no tiene relaciones cercanas.

Húngaro: El húngaro o magiar (en húngaro: magyar nyelv) es una lengua de la familia de lenguas urálicas hablada por unos 15 millones de personas en Centroeuropa. Se habla en Hungría y en ciertas zonas de Rumania, Eslovaquia, Ucrania, Serbia, Croacia, Austria y Eslovenia. En húngaro, el nombre de la lengua se escribe magyar. Cerca de 9 millones de hablantes viven en Hungría. Tiene 18 sufijos y 14 vocales que pueden dificultar mucho su entendimiento. También un gran número de modismos y referencias culturales que dificultan todavía más su aprendizaje. Solo pronunciar el nombre del país en magiar asusta: Magyarország.

Finlandés: Pertenece a la familia de las lenguas fino-úgricas, a las que pertenecen además del finés, el húngaro y el estonio. Lo habla la práctica totalidad de la población de Finlandia, esto es, algo más de 5.000.000 de habitantes y unas 500.000 personas fuera de sus fronteras. El finés no tiene futuro. No nos referimos a que se vaya a extinguir, sino que no existe el tiempo verbal futuro. Para expresar acciones venideras, se utiliza el contexto. Tienen ocho vocales (a, o, u, e, i, ä, ö, y), separadas en tres grupos, según armonía vocal. Hay muy pocos verbos irregulares.Tienen una cosa llamada partitivo que, además de provocar quebraderos de cabeza en los estudiantes de finés, se utiliza en un gran número de ocasiones. No hay diferenciación de género y no tienen artículos. Al menos, todas las palabras son esdrújulas a la hora de ser pronunciadas. Menos mal.

Polaco: es una lengua eslava del grupo occidental hablado principalmente en Polonia. Se escribe con el alfabeto latino, con gran uso de dígrafos y signos diacríticos extras. Se habla principalmente en Polonia, pero los emigrantes han llevado el idioma consigo, por lo que hay un número significativo de polacoparlantes en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, la República Checa, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Eslovaquia, España, Estados Unidos… El sistema polaco de consonantes es complejo: entre sus características más relevantes se incluyen las series de consonantes africadas y palatales resultantes de cuatro palatalizaciones protoeslávicas y dos palatizaciones posteriores que tuvieron lugar en el polaco y el bielorruso. Busquen, si tienen curiosidad, la pronunciación de la ciudad de Łódź en ese idioma y lo comprenderán.