Nuevos datos sobre la historia de la Corona decimonónica de la Soledad

La tradición mantenía que la presea con la que se corono a la Virgen de la Soledad de San Jerónimo el 1885 era un obra de Enrique Muñoz, personaje del que no hay más datos. La Cofradía ha conseguido que aquel acontecimiento sea reconocido como una Coronación Canónica Pontificia, lo que se verificará el próximo 1 de noviembre. En la ceremonia se utilizará esta obra de arte decimonónica y la corporación penitente ha procedido a su restauración. En el proceso emprendido por Alberto Quirós y que se ha presentado este fin de semana, se ha arrojado luz sobre su historia.

Durante los trabajos el orfebre granadino se descubrió un sello, similar al que tienen muchas piezas de orfebrería. En él aparece la fecha de su realización, 1883, el nombre del autor José Cañete y el del encargado de certificar las características de esta obra de arte, Antonio Merino-Jiménez González Aurioles. Por tanto se trata de una obra de origen cordobés. El historiador y comisario de este reconocimiento canónico, José Cecilio Cabello Velasco, ha lanzado a hipótesis de que probablemente Enrique Muñoz fuera el joyero que vendió la presea. El sello es contundente para determinar la fecha de su realización y además la decisión de coronar a la Soledad se adopta en octubre de 1885 y al mes siguiente ya había tenido lugar la ceremonia, dato que ya anticipaba que la pieza debería estar confeccionada con anterioridad.

Añadidos a la obra original

Aprovechando la restauración se ha procedido al enriquecimiento de la corona. A las doce estrellas originales se han superpuesto otras doce. Así, cada una de estas estrellas suma también el simbólico número del doce a través de sus puntas. El orbe se ha completado con una cinta y en el canasto se han añadido unas guirnaldas con el objetivo de que el canasto ofrezca la sensación de una mayor altura. También se le han añadido piedras preciosas.

Restauración de 1986

En el año 1986 ya fue restaurada por Manuel de los Ríos. Hasta ese momento presentaba algunas partes doradas, según se aprecia en la documentación gráfica de la época. Entonces, se procedió a otorgar toda la tonalidad plateada que ofrece en la actualidad. La decisión se adoptó al tratarse de una obra confeccionada en plata de ley. Durante aquella actuación se la retiró un escudo del Arma de Artillería que había sido donado por un militar muy vinculado en otros tiempos con la Cofradía y que también fue restaurado, pasando a formar parte del patrimonio de la corporación. Aquel año también se encargó una diadema al citado orfebre hispalense, que se superpuso a otra corona del ajuar de la Soledad y que ahora también ha sido restaurada para ser utilizada como pieza independiente. Aprovechando la presentación de estas actuaciones, el orfebre Alberto Quirós ha dado a conocer otro de sus trabajos fruto de la donación de unos hermanos, una flor de plata que pasa a formar parte de patrimonio de esta dolorosa.