Será en mayo…
"No podemos ignorarlo por mucho que nos duela, que hay algunos riesgos, algunos nubarrones en el horizonte, de los que también advirtió el Presidente en el cabildo"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“Muy cerquita de mi casa, está viviendo la Virgen…” y así seguirá siendo, D.m, hasta el próximo més de mayo. Así se decidió el pasado jueves, en el Cabildo extraordinario convocado por la Hermandad Matriz, para tratar del posible traslado de vuelta de la Virgen, a su Santuario del Rocío. Tras casi veintiséis meses de estancia en su pueblo de Almonte, desde que llegara el 20 de agosto del pasado 2019, la Virgen permanecerá en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción, casi tres años, hasta dos semanas antes de la Romería del 2022.
Una Venida ordinaria, que acabó convirtiéndose en extraordinaria, al tener que prolongar su estancia en el pueblo, por causa de la pandemia, todo este tiempo, en una situación sin precedentes, quizás con la sola excepción de los tres años que la Virgen también estuvo en Almonte, a mediados del S.XVIII, cuando el terremoto de Lisboa de 1755, destruyó completamente la Ermita.
Por otro lado, tampoco hay nada nuevo en que la Virgen esté en su pueblo, cuando por una circunstancia extraordinaria, hemos necesitado de su protección y su Auxilio. Antes de que a mediados del pasado siglo, en 1949, se estableciera la periodicidad de las Venidas cada siete años, con una duración de nueve meses, la Virgen era traída al pueblo cada vez que la circunstancias lo aconsejaban: sequías, epidemias, guerras… o por acción de gracias. Esas Venidas anteriores a 1949, no tenían un tiempo determinado de permanencia, y todo se hacía de una forma mucho más sencilla a como ahora lo conocemos, limitándose a traer a la Virgen al pueblo, y ofrecerle novenas y rogativas en la Parroquia, hasta que volvía al Rocío. Tampoco se celebraba por entonces, la procesión de Reina por el pueblo, como hoy hacemos, el día de la Función. En esta ocasión, cuando llegó la pandemia del covid, no hubo que traerla (además, por las particularidades de esta enfermedad y la facilidad de su transmisión y contagio, quizás no hubiera sido posible), pero Ella ya estaba aquí, y simplemente quiso quedarse con nosotros, en su pueblo.
Pero llegados al momento presente, es cierto que los muy positivos datos de la bajada de la incidencia del covid, en el último mes, hicieron vislumbrar la posibilidad de un traslado a más corto plazo, y que la Virgen pudiera empezar el año en su Santuario, volviendo a una mayor normalidad en el calendario rociero. La Junta de Gobierno de la Hermandad Matriz, en el ejercicio de su responsabilidad, no podía ignorar esta circunstancia, y tras recabar todos los datos oportunos, expuso ante el Cabildo de hermanos, los informes que había recibido de las autoridades sanitarias y administrativas de la Junta de Andalucía, que abrían diversas posibilidades, con puntos a favor y en contra cada una de ellas.
Finalmente la decisión que se tomó fue la de esperar a mayo, confiando en que podamos disfrutar de un traslado de vuelta, con todos los honores que tributamos a la Virgen para semejante ocasión, desde que en 1949, el pueblo adoptó la decisión de que los traslados de la Virgen se celebraran regularmente, cada siete años; novena a la Virgen, Función Principal de la Hermandad, procesión de Reina por las calles de Almonte, traslado de vuelta a los siete días, con las calles del pueblo bellísimamente exornadas para la ocasión, para concluir a la siguiente semana con la Romería, ya con la Virgen en la aldea, en su fiesta de Pentecostés. Toda una apoteosis final, con la que ya todos soñamos, y que ciertamente sería un gran consuelo y nos haría sentirnos reconfortados, después de todo lo sufrido por mor de esta pandemia.
Pero cierto es también, y no podemos ignorarlo por mucho que nos duela, que hay algunos riesgos, algunos nubarrones en el horizonte, de los que también advirtió el Presidente de la Hermandad, Santiago Padilla, en su informe al Cabildo, cuando señalaba, que las autoridades sanitarias no podían garantizar con certeza absoluta, que entrado el invierno, pudiera llegar una sexta ola de esta pandemia, que nos trajera nuevas restricciones, que hicieran imposible el traslado en mayo, y los demás eventos que lo rodean, frustrando todas nuestras expectativas e ilusiones y afectando lógicamente, a la propia Romería, por tercer año consecutivo.
Esperemos que esta posibilidad no llegue darse, que dejemos atrás definitivamente la pandemia, y podamos disfrutar, en esta ocasión más que nunca, de todo lo que soñamos para los meses de mayo y junio del 2022. Pongámoslo todo en manos de la Virgen y de su divino Hijo, el Pastor de nuestras almas, acudamos a visitarla y a rezarle mucho estos meses que vamos a disfrutarla en Almonte, los del pueblo y todos los devotos que vienen de fuera a visitarla, que aquí tienen también su casa, porque está su Madre; acudamos a la Salve solemne cada noche, a las sabatinas y demás cultos en su honor a los que nos convoque la Hermandad Matriz, y pidámosle humildemente y con el corazón contrito, que nos proteja a todos sus hijos bajo su manto.
Y mientras tanto, al mismo tiempo que disfrutamos cada día de su presencia entre nosotros, soñemos con el mes de mayo, mes de María, mes de Rocío. Que sea siempre, Madre mía, lo que Tu quieras y derrama sobre todos tus hijos, el Rocío del cielo.
VIVA LA VIRGEN DEL ROCIO!!