CUARESMA GASTRONÓMICA
Bacalao fresco vs bacalao salado: Conoce las diferencias y cómo disfrutarlos
El bacalao fresco y salado son dos formas distintas de preparar y consumir este pescado, y cada una tiene sus propias características y razones para ser la opción preferida
Jaén - Publicado el - Actualizado
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A la baezana, al pil-pil, a la vizcaina, frito, al horno, en salsa verde, a la portuguesa, en ensaladas o en cualquiera de sus versiones culinarias, el bacalao, es considerado un tesoro gastronómico por su versatilidad y sabor distintivo.
El bacalao es un pez de aguas frías y saladas, comúnmente asociado con las regiones del Atlántico Norte. En España, se pesca principalmente en áreas como el Mar Cantábrico, el Golfo de Vizcaya y parte del océano Atlántico cercano a las costas gallegas. Estas aguas son ricas en nutrientes y ofrecen el entorno ideal para la pesca de bacalao.
Se trata de un pescado blanco con un bajo contenido graso, preferentemente almacenando sus reservas de grasa en el hígado, que luego se emplea para la fabricación de aceite de pescado. Su carne es rica en proteínas de alto valor biológico, y además contiene una amplia variedad de vitaminas y minerales. Destacan las vitaminas del grupo B, como la B1, B2, B6 y B9, así como cantidades discretas de vitaminas D, E y A. En cuanto a los minerales, sobresalen el potasio y el fósforo.
El bacalao salado aporta cantidades extraordinarias de sodio, llegando a hasta 8.100 miligramos por 100 gramos, debido a la sal utilizada como conservante. Sin embargo, estas cantidades pueden reducirse a la mitad si se remoja adecuadamente. Por tanto, las personas con hipertensión o problemas de retención de líquidos pueden optar por consumir bacalao fresco o desalado, tras un proceso exhaustivo de desalado, para minimizar la ingesta de sodio.
El bacalao no solo es apreciado por su delicioso sabor y versatilidad en la cocina, sino también por su profunda conexión con la historia y las tradiciones culinarias de numerosas culturas. Desde las antiguas técnicas de salazón hasta las modernas interpretaciones culinarias, el bacalao continúa siendo un ingrediente indispensable en la mesa de muchos hogares y restaurantes en todo el mundo.
Bacalao fresco vs bacalao salado
El bacalao se presenta en dos formas principales: salado y fresco. La diferencia entre ambas radica en su proceso de conservación. El bacalao salado se somete a un proceso de salazón, donde se cubre con sal durante un período de tiempo para deshidratarlo parcialmente y conservarlo. Por otro lado, el bacalao fresco se comercializa sin haber pasado por este proceso y, por lo tanto, conserva su textura y sabor naturales.
El bacalao fresco y salado son dos formas distintas de preparar y consumir este pescado, y cada una tiene sus propias características y razones para ser preferida en diferentes contextos:
¿Cuál es más Saludable?
En términos generales, el bacalao fresco se considera más saludable que el bacalao salado, especialmente para aquellos que necesitan controlar su consumo de sodio. El bacalao fresco contiene niveles más bajos de sodio y conserva mejor sus nutrientes naturales, como las proteínas y los ácidos grasos omega-3. Sin embargo, ambos tipos de bacalao son una excelente fuente de proteínas magras y nutrientes esenciales para una alimentación equilibrada.
En última instancia, la elección entre bacalao fresco y salado depende del gusto personal, las preferencias culinarias y el tipo de plato que se desee preparar. Ambos ofrecen opciones deliciosas y nutritivas para disfrutar en una variedad de recetas.
Algunas de las formas más populares de consumirlo
Desalar el bacalao es un paso crucial para eliminar el exceso de sal y obtener un sabor equilibrado y agradable en tus platos. Coloca el bacalao en un recipiente con agua fría. Cambia el agua cada 8-12 horas. Esto ayuda a eliminar gradualmente la sal del bacalao. Puedes hacer este proceso durante 24 a 48 horas, dependiendo del grado de salazón del bacalao y de cuánto quieras reducir su salinidad.
En España, el bacalao ocupa un lugar privilegiado en la gastronomía y la cultura culinaria. Se consume de diversas formas, desde platos tradicionales hasta elaboraciones más innovadoras. La popularidad del bacalao se refleja en numerosas recetas regionales que se han transmitido de generación en generación.
Una de las tradiciones más arraigadas en España es el consumo de bacalao durante la Cuaresma, el período de cuarenta días que precede a la Semana Santa.