Tres cabras montesas campan a sus anchas por las calles de Morón ante el asombro de todos
Tres ejemplares de cabras montesas se han adueñado, aunque sólo fuese por unas horas, de las calles de Morón, ante el asombro de todos sus vecinos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Sorpresa mayúscula la que se han llevado los vecinos de la localidad sevillana de Morón de la Frontera que, en la tarde de hoy, han visto como unas cabras montesas se adueñaban de la calles de la localidad.
Y es que el estado de alarma decretado por el Gobierno central y el confinamiento de la población en sus domicilios, están generando una situación de tal tranquilidad en numerosos pueblos y ciudades, en circunstancias normales bastante bulliciosos, que los animales están aprovechando para dejarse ver por zonas hasta ahora impensables.
De hecho, en Morón las cabras montesas han sido vistas marineando por azoteas de diferentes viviendas y deambulando libremente por varias calles del núcleo urbano.
Finalmente, efectivos de Policía Local, Policía Nacional y bomberos de la localidad moronense han conseguido capturarlas, no sin esfuerzo, para posteriormente trasladarlas hasta la Sierra de Morón donde han sido liberadas sanas y salvas para que continúen su vida en total libertad.
Las imágenes de estas tres cabras montesas han corrido como la pólvora por redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea, y es la comidilla de hoy entre los vecinos de la localidad.
La cercanía de la sierra hace que los incidentes y encuentros con esta especie animal sean relativamente frecuentes en este municipio sevillano de unos 30.000 habitantes, aunque, de manera esporádica, no siendo nada normal que lleguen hasta donde hoy lo han hecho estas tres cabras montesas.
UNA ESPECIE QUE REINA EN LA SIERRA
La cabra montés o íbice ibérico (Capra pyrenaica) es una especie de cabra salvaje que puede vivir en tanto en la alta montaña como en la sierra. Posee una enorme agilidad en los saltos, la velocidad de carrera en terrenos escabrosos y la extraordinaria capacidad para trepar por paredes rocosas casi verticales.
La cabra montés no suele ser un animal que escape de los ruidos que desconoce, quizás por ello, los encuentros con humanos son frecuentes, pues no se espanta con facilidad.
Este animal fue perseguido sin piedad en el siglo pasado, pues la tradición popular, heredada de las supersticiones medievales, mantenía la errónea creencia de que el corazón, el estómago, la piel, la sangre y los cuernos de la cabra montesa poseían propiedades milagrosas y curativas.
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