Lo que no sabías de Puertomingalvo, el pueblo de Teruel que se volvió a unir gracias al 'Grand Prix'
Situado en la comarca de Gúdar-Javalambre, es uno de los pueblos más bonitos de España que tiene Aragón por la quietud y el encanto de sus calles

La historia de Puertomingalvo con el Grand Prix
Zaragoza - Publicado el - Actualizado
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Enclavado en la comarca turolense de Gúdar-Javalambre, Puertomingalvo destaca por su belleza arquitectónica y su entorno natural. Acceder al municipio desde Linares de Mora ya es una invitación a descubrir uno de los pueblos más bonitos de España. Un cartel en uno de sus accesos da la bienvenida a los visitantes que llegan a esta villa construida sobre un espolón rocoso.
El entorno ofrece enclaves de gran valor paisajístico. Uno de los más emblemáticos es la Cascada del Arquero, una zona muy visitada por su belleza y su caudal constante. También merece una parada la ermita de San Bernabé, ubicada junto a una pradera y al cauce del río. Son lugares ideales para desconectar y disfrutar de la naturaleza.
A ello se suman varios senderos bien señalizados, pensados para quienes buscan recorrer el territorio a pie. Rutas accesibles que atraviesan campos, bosques y rincones con encanto.
su castillo y su iglesia
El casco urbano de Puertomingalvo mantiene su esencia medieval. En lo más alto del pueblo se alza el castillo, que conserva elementos originales como la mazmorra, uno de los espacios más curiosos para los visitantes. Para descubrir estos rincones, el municipio cuenta con un guía turístico local, al que se puede localizar con facilidad, ya sea directamente o a través del Ayuntamiento.

El imponente castillo de Puertomingalvo.
Otro de los puntos imprescindibles es la Iglesia de la Purificación, una construcción del siglo XVIII que sigue en uso. Su estructura, su órgano y el mobiliario original son algunos de los elementos que la convierten en una joya del patrimonio turolense.
el fenómeno del grand prix
Aunque su historia y su arquitectura ya hacen de Puertomingalvo un lugar especial, hay algo que sus vecinos tienen grabado en la memoria colectiva: su participación en el Grand Prix del verano, el popular programa de televisión presentado por Ramón García. Fue en el año 2002.
Puertomingalvo fue uno de los primeros pueblos aragoneses en acudir al programa. No solo eso: llegó a la gran final. Aquel momento televisivo fue mucho más que una anécdota para el municipio. Como recuerda su alcalde, antes de aquella experiencia, el pueblo vivía dividido.
LOS DEL 'BAR DE ARRIBA' Y LOS DEL 'BAR DE ABAJO'
Antes de la participación en el Grand Prix del verano, el pueblo tenía serías diferencias políticas. Los del 'Bar de Arriba' y los del 'Bar de Abajo'. Los de izquierdas y los de derechas. Su alcaldes, Manuel Zafón, nos los explicaba en COPE.
"Durante muchos años el pueblo estuvo dividido. Cuando nos llamaron para participar en el Grand Prix, esa división seguía existiendo. De hecho, la mitad del pueblo no fue la primera vez". Pero su buen hacer les valió para pasar a la final. Y fue ahí cuando algo cambió.
Cuando llegó la hora de volver a Madrid, para rodar la gran final, nadie en el pueblo se lo quiso perder. Y lejos de revanchismos o de competición entre vecinos, la actitud fue totalmente diferente. Se intentó que pudieran ir todos. Incluso, vecinos que fueron la primera vez, cedieron su sitio para que los que no habían ido vivieran su experiencia. Y ahí fue cuando las diferencias desaparecieron.

Imagen del Portalico, uno de los puntos de acceso a Puertomingalvo.
No pudieron ganar, quedaron subcampeones. Pero lo cierto es que, años vista, el premio fue mucho mayor. Con el dinero ganado, hicieron una fuente en memoria a su participación en el programa de TVE. También organizaron una cena popular e instalaron una pantalla gigante para vivir en el pueblo esa final.
Hoy en día, Puertomingalvo forma parte de la red de los Pueblos Más Bonitos de España que está recorriendo COPE de la mano de Embou. Pero más allá de su cuidada imagen, es un ejemplo de cómo la cultura popular, la televisión y la implicación vecinal pueden transformar un municipio desde dentro. Quien lo visita se lleva mucho más que una foto bonita: descubre un lugar con alma, con memoria, y con una historia de unión que merece ser contada.