El busto relicario de San Valero restaurado vuelve a exponerse en la Seo

Tras la restauración realizada por Susana Navarro para la exposición de 'Las edades del Hombre' en Burgos, ahora preside el altar mayor de la catedral zaragozana

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El busto relicario de San Valero ha vuelto a Zaragoza y ya se encuentra en su ubicación original, el Retablo Mayor de la Seo. Esta obra que tiene un sistema extraíble se ha reforzado, ahora, con metales preciosos que envuelven su contenido. Este busto relicario contiene el cráneo del Santo Obispo de Zaragoza y su rostro, su forma exterior, refleja, según las investigaciones, cómo era Benedicto XIII, más conocido como el Papa Luna.

Tras haber estado expuesto en 'Las Edades del Hombre', en Burgos, ahora ya pueden visitarlo los zaragozanos. Don Ignacio Ruiz, el canónigo responsable y conservador del patrimonio catedralicio, nos contaba cómo han sido esas labores: "La restauración se hizo aquí en la Catedral, sin salir de la misma. Los trabajos fueron realizados por la restauradora Doña Susana Navarro que ya tenemos experiencia con ella en otros objetos de orfebrería que ha trabajado"

Y ya de paso, nos descubría un poco más quién fue uno de los primeros Obispos documentados de Zaragoza y patrón de nuestra ciudad. "San Valero fue uno de los primeros obispos de Zaragoza, un obispo ya documentado, que tenía sus ayudantes y sus diáconos, entre otros San Vicente", explicaba Ruíz. Añadía que "fue una época muy difícil, en el siglo IV" y recordaba que "de hecho sufrió persecución por defender la fe católica". Sentencia que "al parecer murió en el destierro que para él fue lo peor que podía pasar porque murió lejos de su rebaño, de su iglesia, de sus fieles...".

Ahora la imagen del santo vuelve a ocupar su lugar privilegiado en uno de los lugares más bonitos de la capital aragonesa. Una pieza más que sirve para corroborar e incluso aumentar, todavía más, el gran patrimonio cultural que atesora nuestra ciudad. Y es que la historia nos habla de que esta pieza gótica llegó de Avignon, eFrancia, a finales del siglo XIV. Fue ahí cuando se convirtió en un modelo iconográfico para los bustos de las seos, colegiatas y templos de la Corona de Aragón.

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