El parricida de la Almozara dice que no se acuerda de nada

Héctor López está acusado de matar a navajazos a su padre e intentarlo con su madre. Fiscalía pide 39 años de cárcel. La acusación particular reclama prisión permanente revisable

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Este martes ha comenzado en la Audiencia Provincial de Zaragoza el juicio con jurado popular contra Hector López Ferrer, acusado de matar a su padre y tratar de hacer lo mismo con su madre. El conocido como 'el parricida de La Almozara' ha dicho en esta primera sesión que no recuerda lo sucedido aquella noche y que solo tiene flashes.

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Momento en el que Hector López Ferrer abandonaba la primera sesión del juicio.

Los hechos sucedieron el 28 de junio de 2021. Según el relato de la Fiscalía, el acusado vivía con sus padres porque no tenía trabajo ni medio de vida. Sus progenitores estaban de viaje en la playa, en Castellón, cuando les llamó para pedirles que volvieran porque se encontraba mal. Pero al volver, no quiso que lo llevaran al médico. Su madre, María Pilar, se acostó, cansada por el viaje. Y el acusado se quedó viendo un partido de fútbol en la tele con su padre, José Javier.

Según Fiscalía, sin discusión previa y de forma sorpresiva, le atacó con una pequeña navaja que guardaba siempre bajo la almohada de su dormitorio. Su madre se despertó, alertada por las voces y gritos y acudió a ver qué pasaba, Fue entonces cuando la emprendió con ella, causándole diferentes cortes principalmente en la cabeza y en las extremidades superiores.

La mujer consiguió huir y pedir ayuda, gracias a que su hijo tropezó con un charco de sangre. En ese momento, Héctor López volvió a atacar a su padre, al que le asestó un total de 56 puñaladas. Él ha dicho que no recuerda lo que pasó desde que, según él, discutió con su padre hasta que el agua de la ducha le hizo volver en sí.

Y es que el acusado se duchó antes de que llegara la policía, que todavía encontró al padre vivo. Los agentes tuvieron que entrar por la fuerza porque el acusado no les abrió la puerta. En el juicio ha dicho que se asustó porque no sabía lo que pasaba y ha negado ver los restos de sangre en el recorrido entre la ducha y el dormitorio donde se vistió.

Según el informe forense, el acusado padece un trastorno de personalidad paranoide crónica, centrado en la ideación de perjuicio, pero no modifica sus capacidades cognitivas y volitivas. Es decir, que sabía lo que hacía. Por todo ello, Fiscalía pide para él 39 años de prisión, 25 por el asesinato con alevosía y ensañamiento de su padre y otros 14 por el asesinato en grado de tentativa de su madre.

La acusación particular, ejercida por la madre y la otra hija del matrimonio, eleva la petición a prisión permanente revisable por considerar a su padre una persona especialmente vulnerable, ya que tenía lesiones en la espalda y la rodilla que limitaba sus movimientos y le impedían defenderse. Considera, además, que existía un plan preconcebido para matar a sus padres, movido por el odio.

En esta primera sesión del juicio, Héctor López ha negado odiar a sus padres ni haber pensado nunca en matarles, aunque les ha culpado de todos sus problemas. Asegura que tenía la navaja para defenderse de las posibles agresiones de su padre. Cuando sucedieron los hechos, llevaba una grabadora, cuyo contenido conocerá el jurado a lo largo del juicio. Según el acusado, la utilizaba para demostrar el “maltrato psicológico” al que le sometían sus padres, a los que ha culpado de haber ignorado su supuesto problema con el alcohol, que no ha sido acreditado.

La defensa le ha definido como una persona enferma, incomprendida, alcohólica y que necesitaba una ayuda que nadie le supo prestar. Pide su absolución porque alega que padece un trastorno mental transitorio. Además, cree que se trata de una persona de especial vulnerabilidad al encontrarse bajo el síndrome de abstinencia, ya que cuando sucedieron los hechos llevaba tres días sin beber.

Por otra parte, mantiene la duda de si hubo discusión previa con el padre pero, según defiende, del informe del forense no se puede probar que exista ensañamiento porque las heridas se produjeron en zonas vitales. Asimismo, sostiene que no se ha probado el ánimo de matar, por lo que rechaza que exista alevosía.

La defensa insiste en que el acusado es inimputable y que, en todo caso, los delitos cometidos serían un homicidio consumado en el caso del padre y un delito de lesiones en el caso de la madre. Y, en este caso, pide que, si fuera condenado, cumpliera su pena en un centro psiquiátrico. El juicio se prolongará, previsiblemente hasta el 6 de febrero.

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