El idioma que se habla en un pueblo de cuento de Asturias: piden que sea reconocido como oficial
Este lugar lleno de cascadas, bosques y las aldeas hechas de piedra es uno de los lugares más singulares de la región que mantiene una lengua que no se encuentra en ningún otro lugar

Museo del Molino de Agua en un paisaje otoñal, Taramundi
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En el extremo occidental de Asturias, entre los ríos Eo y Navia, hay un rincón que parece sacado de un cuento. Taramundi, con sus casas de piedra, bosques frondosos y cascadas que brotan entre montañas, es mucho más que un destino turístico. Es el corazón de una lengua que no se habla en ningún otro lugar del mundo: el eonaviego, también conocido como gallego-asturiano.
Este pequeño municipio, considerado una joya del occidente asturiano, conserva con mimo no solo su patrimonio natural y arquitectónico, sino también su identidad lingüística. Un idioma que, pese a no tener el reconocimiento oficial del Principado, sigue vivo en las calles, en los nombres de las aldeas y en la voz de sus mayores. Desde hace años, hay un movimiento creciente que pide que el eonaviego sea reconocido como lengua cooficial, al igual que sucede con otras lenguas minoritarias del Estado español.
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Taramundi se ha convertido en uno de los destinos preferidos para quienes buscan una escapada de un día entre la naturaleza y la tradición. Su paisaje está salpicado de cascadas, como la de A Salgueira, considerada una de las más verdes del mundo, y de aldeas como Os Teixois o As Veigas, donde el tiempo parece haberse detenido. En estas pequeñas comunidades aún se pueden ver los antiguos molinos de agua —algunos convertidos en museos— y artesanos que forjan a mano cuchillos y navajas con técnicas transmitidas de generación en generación.
Además de la belleza del entorno, el visitante pronto nota que hay algo diferente en la forma de hablar de la gente. Esa lengua con sonoridad gallega pero con giros asturianos es el eonaviego, una variedad lingüística que la ciencia ya ha clasificado con precisión. Según el Estudiu de la Transición Llingüística na Zona Eo-Navia, desarrollado por la Universidad de Oviedo, el eonaviego pertenece al dominio gallegoportugués, aunque con rasgos propios que lo hacen único.

Cartel en Taramundi, Asturias
En Taramundi no solo se habla el idioma, también se celebra. Durante todo el año, se organizan fiestas populares, ferias artesanales y actividades culturales que promueven tanto las tradiciones como la lengua. La Consejería de Educación del Principado ha impulsado recientemente proyectos para aumentar su presencia en escuelas y espacios públicos, aunque no sin polémica. Algunos sectores critican lo que consideran una imposición ideológica.
La oficialidad del eonaviego
La petición de cooficialidad del eonaviego se ha intensificado en los últimos años, respaldada por colectivos culturales, lingüistas y algunos partidos políticos. El propio director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha mostrado públicamente su apoyo a la oficialidad del asturiano, una medida que incluiría de forma indirecta al gallego-asturiano. Sin embargo, la Real Academia Galega evita pronunciarse claramente, temerosa de ser acusada de interferir en competencias del Principado.
Lingüistas como Ramón d'Andrés o el equipo del proyecto ETLEN han demostrado que el gallego-asturiano es lingüísticamente gallego de transición al asturleonés, lo que refuerza su singularidad. Y aunque el idioma también es llamado "fala" por los propios habitantes, el término más extendido hoy es eonaviego, acuñado para reforzar su identidad regional y evitar tensiones con Galicia.

Antiguos molinos para procesar trigo en Taramundi
El futuro del eonaviego dependerá en buena medida de las decisiones políticas que se tomen en Asturias. Pero en lugares como Taramundi, donde el idioma no se enseña en aulas sino en los caminos, en las cocinas y en las historias contadas al calor del fuego, la lengua sigue viva.