Andrea Cabrera, la joven de Gran Canaria que enseña español a inmigrantes

Intenta enseñarles nuestro idioma a varios chicos con el objetivo de integrarlos en nuestra sociedad

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Andrea Cabrera, una joven grancanaria de tan solo 22 años, ha empezado una iniciativa solidaria para dar clases a migrantes que han llegado de manera irregular al Archipiélago. Con esta idea, se fomenta la inclusión y la integración de estos jóvenes procedentes de África en nuestra sociedad, a través de una herramienta fundamental: la enseñanza de nuestro idioma.

Tal y como explicó Cabrera hace unas horas a los micrófonos de COPE, este proyecto comenzó casi de casualidad. Un día, la muchacha acudió a casa de Tito, un conocido de su madre. Su plan era acudir nada más que una vez para explicarles a un grupo de migrantes las normas y las costumbres de Canarias, con el fin de que no tuvieran problemas. Sin embargo, la chica se percató de sus caras de alegría al ver que podían comunicarse con alguien, aunque fuera en francés. Ahí se dio cuenta de que podía ayudarles para que comenzaran a entenderse con todo el mundo, pero en español.

“SE LES NOTA CON GANAS”

Por ello, empezó a darles clases en una pequeña aula, donde los cinco jóvenes la escuchan cada día atentamente. Según Andrea Cabrera, dos de los chicos “ya saben hablar más o menos español. Se les nota con más ganas y preguntan muchas cosas”.

Sin embargo, también ha recalcado las diversas dificultades que se presentan en cada sesión, pues uno de los migrantes solo habla su lengua natal. Entonces, la grancanaria debe parar la sesión para que sus otros compañeros le expliquen las cosas en su idioma.

Además de ser dos lenguas totalmente distintas, el principal problema se encuentra en que la metodología que emplean es aprender español desde el francés, ya que es su segundo idioma. “Él sí sabe hablar español, pero no lo comprende. Al no saber francés, le cuesta un poco más”, ha añadido. Por tanto, los que no saben hablarlo, lo tienen más complicado.

LOS INMIGRANTES LE CUENTAN SU HISTORIA

Entre clase y clase, los jóvenes migrantes también le cuentan algunas historias a Andrea. Dos de ellos le confesaron que pagaron seis meses de clases de español en su tierra para poder antes de llegar a aguas canarias. Sin embargo, una vez dado el dinero, no les enseñaron nada y, cuando llegaron a las Islas, se vieron perdidos.

“Yo me quedo anonadada cuando me explican estas historias. Realmente, yo les estoy ayudando a ellos, pero ellos también me ayudan a mi porque yo sé francés, pero gracias a ellos lo estoy revisando y estoy aprendiendo muchísimas cosas”, ha aseverado Cabrera.

QUIEREN SABER COSAS DE CANARIAS

Los chicos se preocupan por conocerlo todo del Archipiélago. Sobre todo, le preguntan a su profesora por las zonas de Gran Canaria, para saber moverse por la isla, ya que después de las clases no tienen nada que hacer. Dos de ellos, uno mecánico y otro pescador, también le insisten en que quieren un trabajo, pero la joven les convence de que “la situación es complicada” y que “hay que esperar”. Mientras tanto, los otros tres planean viajar a la Península para reencontrarse con su familia.

Andrea Cabrera es otra de las protagonistas que reflejan la solidaridad de esta tierra macaronésica. La joven grancanaria continuará dando clases a estos cinco chicos, pero quiere seguir ayudando. Por ello, ha contactado con la ONG Atlas, situada en La Isleta, quienes dan cobijo a otros 25 migrantes. “Mientras pueda ayudar y aportar mi granito de arena, lo haré”, ha sentenciado Cabrera.