NAVIDAD

Un hombre de Tenerife sorprende a sus vecinos con lo que se ha gastado para decorar en Navidad

Lorenzo Barroso y Montse son los propietarios de dos viviendas en Tenerife decoradas con más de 50.000 objetos para adornar su casa durante la Navidad

Toni Cerdá

Tenerife - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Lo hemos visto cientos de veces en el cine. A más colorida, mejor es la Navidad. Pero hay ocasiones en las que la realidad supera la ficción. Al menos, eso han debido pensar en la isla de Tenerife, donde se encuentran las dos casas más navideñas de Canarias. Sus dos propietarios, Lorenzo Barroso, del Valle de Guerra, y Montse, de Acorán, han pasado por los micrófonos de COPE Tenerife para poner en el foco dos de los proyectos más ilusionantes de estas fechas en la isla.

Más de 50.000 bombillas de bajo consumo iluminan sus fachadas, decoradas, también, con centenares de adornos artesanales con motivos navideños, en un resultado que atesora meses de intenso trabajo. “Hay días en las que las fuerzas fallan, pero, entonces, es cuando recuerdas la ilusión de la gente cuando viene con sus familias a ver el encendido”, comenta Montse. “El público es muy diverso. Al principio fue la ilusión de los niños la que empujó el proyecto y ahora viene gente de todas las edades”, ha añadido Lorenzo Barroso.

Y es que, estas casas ya se han convertido, con el paso de los años, en un atractivo más a la, ya de por sí, rica programación cultural de las fiestas en la isla. Una tradición que, en el caso de Lorenzo, viene de familia, ya que fue su padre quien comenzó a decorar su casa en Navidad en el año 1995.

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Una factura de luz sorprendente

Ante los miles de bombillas que alumbran la Navidad en sus fachadas, la pregunta que ronda cualquier cabeza no puede ser otra: '¿A cuánto debe ascender la factura de la luz?', pues la respuesta es de lo más sorprendente. Por norma general, y respetando la sostenibilidad, toda la iluminación está formada por bombillas LED de bajo consumo.

Ambos protagonistas han confirmado que, numéricamente, el ascenso en la factura es de “30 o 40 euros”, una cifra anecdótica: “Merece mucho la pena. El sobrecoste cubre, con creces, la ilusión de la familia y de toda la gente que viene a visitar nuestro proyecto”.

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