El trasplante es un tratamiento,no una cura
Jesús Gómez ha sido trasplantado dos veces de riñón
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las personas trasplantadas, como colectivo de riesgo, están viviendo con cierta preocupación el desarrollo de la expansión del coronavirus y siguiendo de forma muy estricta las recomendaciones que está dando la Organización Nacional de Trasplantes o la Sociedad Española de Inmunología.
A Jesús Gómez Gandarillas le trasplantaron por primera vez en 2015 “ tuve mala suerte porque el riñón me duró solo cinco días. Dejó de funcionar y me lo tuvieron que quitar. La segunda vez, fue hace dos años y este me esta funcionando bien”.
El Presidente de ALCER Cantabria recuerda como fue el día en que le llamaron para decirle que había un riñón para él “Lo recuerdo con muchísima emoción tienes muchísimas ganas de que suceda pero también tienes dudas porque hasta el último momento no hay certeza de que el riñón sea para ti. Es un alegría contenida”.
Una alegría que a Jesús le duró poco porque a los cinco días le comunicaron que el órgano trasplantado no funcionaba. “Ese día es posiblemente uno de los más dolorosos de mi vida. Confías en que todo va ir bien pero los médicos te dicen que es un problema que ocurre el 0'5% de las veces pero para mi fu el 100%”.
Este rechazo llevó a Jesús a la diálisis a la espera de volver a la lista y a que apareciera un riñón compatible y este apareció tres años después. Lo que ocurre es que “ no piensas todos los días que el órgano te va a fallar pero una cosa que tenemos claro es que una insuficiencia renal es una enfermedad crónica que no tiene cura. El trasplante es el mejor tratamiento sustitutivo pero es un tratamiento no una cura”.
Jesús Gómez Gandarillas cuenta en La Tarde en Cantabría que es muy duro vivir pegado a una máquina de diálisis que “condiciona toda tu vida, la personal y la laboral. Algo tan sencillo como hacer un viaje se puede convertir en algo imposible.