OBITUARIO

Muere Pedro Martínez, 'Pedrés' a los 90 años

El matador de toros, con más de 300 corridas a las espaldas entre los 50 y 60, fallecía este lunes

Azulejo conmemorativo dedicado a Pedrés en la Plaza de Toros de Albacete

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La noticia causó un hondo pesar en el mundo del toro en general y en la capital manchega en particular. El conocido diestro Pedro Martínez “Pedrés, uno de los nombres propios de la tauromaquia albacetense, nos dejaba a los 90 años. Las condolencias y muestras de cariño hacia la familia y amigos aún siguen sucediéndose, otra nuestra más de la grandeza de Pedro Martínez, un gran profesional y mejor persona tanto dentro como fuera del ruedo. Sirvan estas humildes líneas como un sincero recuerdo a su enorme figura. Descanse en Paz.

Un homenaje a “Pedrés” desde el archivo de José Vicente Temes “Josico”

Por Manuel Temes

A raíz de la muerte de Luis Montero, hermano de Juan, recordamos en las páginas de la 13ª edición de la revista ‘El Albero’ de COPE Albacete aquel debate que dividió a la ciudad y a parte del orbe taurino en dos entre ‘pedresistas’ y ‘monteristas’. Ayer, 6 de septiembre, Pedro Martínez González ‘Pedrés’ nos dejó a los 90 años para unirse a su amigo Juan, con quien revolucionara en apenas un par de años los ruedos de media España y juntos fueran la principal causa del despertar taurino de Albacete, con permiso de ‘Chicuelo II’.

Nacido en el seno de una familia humilde en un cortijo de la pedanía de Hoya Vacas, cerca de la capital manchega, desde pequeño se entregó al trabajo, colaborando con sus padres en las tareas de campo, como mozo en una tienda de ultramarinos y posteriormente de los conocidos ‘Almacenes Lorenzo’.

Tras breves aspiraciones adolescentes de llegar a ser portero de fútbol e incluso boxeador, se centró ‘Pedrés’ en alcanzar el sueño de ser torero, con infinidad de anécdotas y kilómetros en bicicleta para poder pegar algún capotazo suelto a una becerra por Albacete y provincias limítrofes. Y en 1948 se lanzó de espontáneo al ruedo del coso de la calle Feria, primera y única vez que haría una práctica que por entonces era más que habitual.

La primera actuación seria de luces llegaría en una novillada estival en Albacete en 1950, cosechando tal éxito esa tarde y durante los festejos siguientes junto a Montero por toda la provincia, que debutó con picadores en septiembre del mismo año. Y tal era el éxtasis con ambos novilleros que se organizaron hasta tres festejos fuera de feria. Incluso fueron protagonistas de un cortometraje titulado ‘Andalucía en La Mancha’.

Casi todas las primeras novilladas con caballos fueron junto a Montero, si bien por circunstancias luego sería ‘Pedrés’ quien alcanzaría mayor estatus de figura. Como aquel mano a mano en Madrid de 1952, donde se puso el no hay billetes y ‘Pedrés’ salía a hombros, con el público madrileño volcado, presagio de lo que vendría después. También se prodigaron mucho con ‘Jumillano’, siendo los tres el eje del escalafón menor.

El día del Pilar de 1953 la plaza de Valencia acogió un mano a mano entre Miguel Báez ‘Litri’, quien se despedía de los ruedos, y un ‘Pedrés’ que se doctoraba con cuatro orejas y un rabo. Fue un hombre de frágil constitución y su organismo estaba algo debilitado, por lo que cada tarde suponía un esfuerzo físico importante. Por ello se retiró de los ruedos durante cuatro temporadas para volver en 1960 como torero renovado.

Del tremendismo de su primera etapa había evolucionado a la ortodoxia, la técnica y el temple. Se retiró un torero de masas… y reapareció un torero de buenos aficionados. Para el recuerdo dos fechas, ambas en la inolvidable temporada de 1963: la primera, el 22 de abril en Sevilla, donde llega ‘Pedrés’ sustituyendo a Jaime Ostos y sale a hombros en olor de multitudes tras cortar tres orejas; la segunda, el 4 de julio en Madrid, cuando en la Corrida de la Prensa, tras cuajar una de sus mejores faenas, paseó una oreja pese a los cinco pinchazos al toro, hecho insólito en la Monumental de Las Ventas.

Cuando se retira definitivamente en Hellín en 1965, ‘Pedrés’ acumulaba 361 corridas de toros en España y Francia, 16 de ellas en su Albacete natal, y 26 corridas en Madrid, plaza donde salió a hombros en tres ocasiones, 1 de matador y 2 de novillero, y donde cuajó grandes faenas pese a la mala suerte con los aceros. Nunca se desvinculó del toro, continuando su labor fuera de los ruedos como empresario y como ganadero. Descanse en paz ‘Pedrés’ junto a Montero, ‘Chicuelo II’ y Dámaso, la ‘monstruo’ celestial de nuestra tauromaquia.

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