Las novias le sobran a Aaron Piñán

El extraordinario rendimiento del jugador de la Cultural no pasa desapercibido en el mundo del fútbol, aunque la entidad leonesa cuenta con el leonés para próximas campañas

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Mientras la plantilla de la Cultural disfruta de las vacaciones, la dirección deportiva de la Cultural tiene varios frentes abiertos. Uno de ellos se llama Aaron Piñán. El chaval de 24 años es el referente de un equipo que naufraga en defensa y en la portería principalmente. Curro Torres, nuevo inqulino en el banquillo blanco, no debió estudiar los partidos anteriores del equipo y acudió al choque ante el Depor con una apuesta que le salió cara al culturalismo. Apostó por jugadores que no dan más de sí, como las laterales y los centrales. Lo de Dani Sotres es de risa, y la del delantero titular, para llorar. Sin un medio centro ofensivo como Dios manda, todo pasa por Aaron Piñán y los chavales de León. Por supuesto, que hay más gente válida. Castañeda es imprenscindible, Solis debe ser recuperable y Nico, el ruso, es un hombre implicado en el proyecto desde el primer minuto del mismo.

De ahí, que sean muchos los temas a tratar. La Cultu debería fichar un guardameta de garantías. Lo normal es que no lo haga. Es necesario encontrar refuerzos en el mercado invernal en la línea de retaguardia. Ahí sí van a llegar jugadores. Se buscan cesiones como el caso de Moreno (todo un acierto) o fichajes que deben ofrecer garantías. De esos, no hay muchos. Casi todos los conjuntos buscan encontrar futbolistas, pero aunque son muchos los hombres y nombres ofrecidos, es difícil acertar. No se maneja el dinero que había antes, si fuera así todo sería más sencillo. Ahora toca saber y acertar, o como el concurso de la tele, "saber y ganar".

El centro del campo es un desierto. No hay director de orquesta que tenga los galones suficientes para echarse al equipo a la espalda. No lo hay. El problema es el mismo. De esos no abundan. El segundo de Curro es Soto. En su tiempo formaba pareja con Sarmiento. Este último era el creador. No acababa de creérselo. Vicente Villamil, director deportivo por entonces, le insistía. "Tienes que dejarte la piel, puedes vivir de esto, invertir y comprar pisos, pero necesitamos más de ti". No hubo manera. Se esperaba más de él, aunque su compañero Soto sí ofreció un rendimiento optimo.

Lo del delantero es un error de todos. Ni es Carolo, ni Paulino, ni Rubén Suárez, ni Raúl Ibáñez, ni Jito, ni Dioni. Es lo que es y su involucración es nula. Ahora mismo, compañeros preparados para tirar penaltis sobran. El está en el ojo del huracán. Lo debería saber. Percan, otra gran esperanza de la cantera, tiene un hambre voraz por jugar en el equipo de su casa. Puede ser su oportunidad para crecer y ser otra referencia para el socio, como lo es su amigo apellidado Piñan.

Aarón estaría encantado de seguir en la Cultural, pero el problema radica en sus ganas de jugar en una superior categoría. Normal y comprensible a todas luces. Es su momento. Sin embargo, no da la impresión de ser el momento del club que pasea el nombre de León por esos campos de Dios. La clasificación es el reflejo de este último dato. Aunque hay tiempo para soñar, se necesita un cambio radical.

Son varios los ojeadores que acuden a ver sus partidos. Ahora todo lo da la tele y cualquier director deportivo que se precie conoce al chico. Acaba contrato esta temporada. Va a tener ofertas de muchos clubs de superior categoría y con una cartera plagada de billetes. La Cultural tendrá que inventar algo. Si no es así, se perderá un jugador referente.

Lo dicho, hay muchos frentes abiertos. Toca esperar y confiar en el trabajo de los que manejan los hilos de la sociedad.