Una víctima de ETA: "La onda expansiva de la bomba me levantó a tres metros del suelo"

7.000 víctimas del terrorismo en España, piden Memoria y Justicia para 853 personas asesinadas, en 300 atentados aún por esclarecer

Verónica Martín

Salamanca - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Teresa Plaza trabaja en el área de seguridad de la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas, Madrid. Hoy tiene 49 años pero sigue sufriendo las secuelas del atentado perpetrado por la banda terrorista ETA el 30 de diciembre de 2006, sábado, a las 09:01 horas.

Revivir el dolor a diario

En declaraciones a COPE Salamanca explica que 18 años después, le sigue costando explicar lo vivido aquél día. Me cuesta mucho verbalizarlo, pero en mi interior lo revivo cada día. Porque los dolores de espalda y el tratamiento para controlar la angustia y ansiedad me lo recuerdan a diario. También tomo medicación para conciliar el sueño. Aún tengo pesadillas."

Indica que entró a trabajar como cada día a las 7 de la mañana y se produjeron tres llamadas para informar de la colocación de una furgoneta bomba. De modo que se activó el protocolo de emergencia, para desalojar al personal que se encontraba fundamentalmente en el aparcamiento.

"Cuando empezó la cuenta atrás, los cuerpos y fuerzas de seguridad y el personal de AENA tuvimos que salir del aparcamiento corriendo. Justo en el mismo momento en que se cerró la puerta detrás de mi, sentí cómo la onda expansiva me levantaba del suelo tres metros, mientras caían del techo placas metálicas sobre mi cabeza. Era como un viento muy fuerte y un calor de la ola de fuego, impresionante. Yo no podía tirarme al suelo, corría como un ratoncillo sorteando los trozos de metal que caían del techo. No sé cómo salí de ahí". Afirma Tere.

"Después seguimos desalojando al resto de la gente y cuando acabé mi turno de trabajo fui al hospital, porque me dolía muchísimo la espalda. Aún tengo hernia discal y sigo con el tratamiento para afrontar las secuelas anímicas y psicológicas. Para nosotros es muy importante el trabajo que hacen las Asociaciones de Víctimas del Terrorismo, porque el personal especializado en este tipo de situaciones puede establecer un mejor diagnóstico."

El atentado de la T4 consistió en la explosión de una furgoneta con alrededor de 500 kilos de explosivos, que miembros de la organización terrorista ETA colocaron en uno de los aparcamientos (el módulo D) de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas. El fuerte estallido causó la muerte de dos personas, hirió a una veintena y provocó importantes destrozos en las infraestructuras del aeropuerto, así como suspensiones y retrasos en los vuelos.

Las víctimas

Mañana sábado se cumplen 27 años del asesinato de Miguel Angel Blanco a manos de ETA. El concejal popular de Ermua, recibía un disparo de sus secuestradores tras tres días de agonía, vividos segundo a segundo por toda España. Aquél fue el comienzo del conocido como Espítitu de Ermua. Los ciudadanos de todo el país salieron de forma masiva a manifestarse en las calles, con sus manos blancas frente a la organización criminal.

Bajo el lema "Tu y Todos", los salmantinos se han concentrado ayer al mediodía en la plaza Mayor. Han guardaron un minuto de silencio roto por un emotivo aplauso. Un acto que recordaba y honraba a Miguel Angel Blanco, pero también a las 7.000 víctimas del terrorismo y a las 853 personas asesinadas, en 300 atentados aún por esclarecer.