El fotógrafo Julián Ochoa expone en el segoviano Torreón de Lozoya

La Asociación Fotográfica de Segovia inaugura el 29 de octubre la muestra, en la sala de las caballerizas

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Asociación Fotográfica Segoviana, una vez más, con la colaboración de la Fundación Caja Segovia y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Segovia , presenta en la sala de las caballerizas del Torreón de Lozoya la exposición fotográfica “Breve encuentro” del fotógrafo Julián Ochoa, la cual fue catalogada como una de las exposiciones más destacadas en la Bienal de Córdoba de hace algunos años.

La muestra incluye un total de 28 imágenes de gran formato, de un metro por un metro, realizadas en países asiáticos como India, Nepal e incluso China, que constituyen el epicentro de la aventura fotográfica de Julián Ochoa. Un trabajo que para esta ocasión incorpora fotografías digitalizadas de negativos analógicos e impresas en papeles Canson y que podremos disfrutar desde el 29 de octubre y hasta el 28 de noviembre.

De Julián Ochoa se puede decir mucho, especialmente en relación con su labor docente y sus múltiples trabajos, todos de exquisita calidad y de largo recorrido, pero lo que destaca de él es su alma de aventurero, de fotógrafo apasionado, de buscador incansable de imágenes que nos cuentan algo más del mundo que habitamos y que compartimos con seres aparentemente distintos a nosotros. Pero la cámara de Ochoa los capta en esencia, en una esencia en la que todos los seres humanos nos reflejamos e identificamos, con independencia de la cultura o el hábitat que la vida nos haya asignado en su sorteo despiadado.

Es la figura humana, presente en todas las imágenes, la que muta de dimensión y pasa de ser un elemento ínfimo pero esencial en el paisaje que le rodea, a ser protagonista absoluta de la escena. Una escena que va más allá del llamativo o anecdótico aspecto corpóreo, para identificarnos en sentimientos e historias que muestran la humanidad y la dignidad de los protagonistas. Cualidades que el instinto fotográfico de Ochoa ha sabido encontrar, capturar y reflejar.

Y eso es debido fundamentalmente a que Julián se plantea la fotografía, y también la vida, como una aventura, una apasionada aventura, que le lleva de cuando en vez a meter la cámara y los trastos en una mochila e irse a recorrer una parte del mundo, para luego regalarnos imágenes tan increíbles como estas. Pero la generosidad de Julián y su espíritu aventurero no terminan ahí; desde su pequeña sala, ‘La Polaroid’, en San Fernando, intenta ofrecernos, a todos cuantos sentimos esa misma pasión por la fotografía, un lugar de encuentro y de puesta en común de nuestros trabajos, con la generosidad del que da todo cuanto tiene por la fotografía.