Silvia Clemente dice adiós al Parlamento de Castilla y León y al PP

Ha sido una decisión dolorosa, pero meditada. La segoviana Silvia Clemente ha dimitido hoy como presidenta de las Cortes de Castilla y León. Visiblemente emocionada, ha reconocido que ha sido una decisión muy meditada y pensada, y “la más difícil” que ha tenido que tomar en su dilatada carrera política. Su proyección política es indiscutible y en la etapa en la que ha presidido el Parlamento regional, con hasta seis formaciones políticas en el Hemiciclo, ha protegido a las minorías, una forma de trabajar que “no ha sido aceptada” por el PP y “donde más rechazo” ha encontrado.

La comparecencia pública, en la que no se han admitido preguntas, apunta directa y abiertamente a la dirección del PP en Castilla y León y, en concreto, al presidente regional y candidato a al Junta, Alfonso Fernández Mañueco. “Creí que podía dirigir el partido, pero me equivoqué”, ha apostillado Clemente. Las injerencias del partido en el poder Legislativo han sacudido la arena política a tres meses de las elecciones autonómicas. “Algunas de las últimas decisiones tomadas en el grupo popular ya me han parecido inasumibles”, ha lamentado.

Se marcha “por coherencia”, “sin convicción, sin ilusión, sin creer en el proyecto ni en quién lo dirige en este momento, Alfonso Fernández Mañueco”. Con dureza, la ya ex presidenta de las Cortes de Castilla y León ha dicho: “no tiene palabra, no tiene capacidad y carece completamente de liderazgo”. La popular acusa a los suyos de haber sido un obstáculo en favor del diálogo y el consenso. Se considera ninguneada por la misma dirección que la encomendó desarrollar el programa electoral.

Las reacciones no se han hecho esperar, y que el fuera presidente de la Junta de Castilla y León, el senador Juan José Lucas, ha afeado a Clemente sus palabras y ha sentenciado que en política “la lealtad es un valor”. Una aseveración con la que muestra públicamente su apoyo al candidato de la Junta por el PP, Alfonso Fernández Mañueco.