REDES SOCIALES

Los jóvenes quieren ser cómo la imagen de los filtros de Tik Tok: "Es un peligro"

La profesora de Psicología de la UdG, Sara Malo, afirma que las los selfis que se publican en las redes sociales no se ajustan a la realidad

Redacción COPE Cataluña

Barcelona - Publicado el - Actualizado

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El trastorno dismórfico corporal (TDC) está muy presente en la vida de los jóvenes. Según un estudio de la Universidad Católica de Chile, el primer pico de TDC llega a los 16 años y 6 meses.

Además, el 95% de los menores de edad de entre 10 y 15 años usó dispositivos electrónicos como el ordenador en un periodo de 3 meses en 2021, según el INE.

La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) define el TDC como una "percepción distorsionada de la imagen que se tiene de uno mismo".

Las personas que lo padecen, añaden, creen ver defectos en su físico y acaban desarrollando comportamientos obsesivo-compulsivos.

Esta alteración ha ido más allá y, en la actualidad, el Boston Medical Center bautiza como "dismorfia del selfi" al trastorno en el que los pacientes acuden a cirugía plástica para "parecerse a las fotos que publican de sí mismos en redes después de aplicar varios filtros".

Los jóvenes, perjudicados por su exposición continua a las redes

Según la Universitat Oberta de Catalunya, el TDC afecta de manera especial a los adolescentes porque su "exposición continua en las redes sociales". "En esta etapa es básica la comparación con otros.

Los referentes externos son importantes, y si estos no son reales, los jóvenes acaban comprándose con algo que no existe y su nivel de exigencia es tremendo", asegura Montserrat Lacalle, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

Chica con Trastorno de Dismorfia Corporal

Mujer haciéndose un selfi

Lacalle también hace referencia a que la publicidad se cuela mediante los influencers de las redes sociales, quienes publican fotos retocadas. "No me estoy comparando con la modelo de cuerpo perfecto, sino con un montaje de Photoshop", constata.

Según la UOC, las mujeres de entre 16 y 25 años pasan hasta cinco horas a la semana haciéndose selfis, para después retocarlos y compartirlos en redes sociales.

Asimismo, se estima que las personas que necesitan mejorar su autoestima publican selfis con más asiduidad.

Es precisamente la diferencia entre lo que ven en el espejo y en las imágenes retocadas, hecho que agrava la dismorfia.

"Estamos a tiempo y debemos acompañar a nuestros hijos"

La profesora de departamento de Psicología de la Universitat de Girona (UdG), Sara Malo, pone de manifiesto que las redes sociales tienen un componente de diversión al poder jugar con tu autoimagen.

"Puede ser un pasatiempo, pero debe quedar claro que no se ajusta a la realidad"

Malo constata que la clave es estar en el día a día y acompañar a nuestros hijos con las herramientas que vayan surgiendo.

Es importante tener conversaciones con ellos para explicarles qué impacto pueden tener las redes sociales.

Malo cree que los adolescentes dominan estas herramientas, pero que se encuentran en un punto clave del desarrollo de su autoestima y ahí está el peligro.

"El problema se debe abordar de manera bidireccional, es decir, la escuela ha de continuar el trabajo de la familia y viceversa", defiende la profesora de la UdG.

Cabe destacar que desde diferentes instituciones se están haciendo esfuerzos en relación con esta tesitura. Sara Malo considera que debería ser una asignatura obligatoria en la escuela y que "estamos a tiempo y debemos trabajar con nuestros hijos".

Diferencias entre hombres y mujeres

Según un estudio de la Universidad de Oxford, las partes del cuerpo que causan más inseguridad a las mujeres son la nariz, las caderas, los muslos y la piel, mientras que en los hombres destacan el cabello, especialmente marcado por la alopecia, los músculos y los genitales.

La asimetría en los ojos y las fosas nasales también provoca que muchos pacientes acaben pasando por quirófano.

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