Los goles pierden importancia en los partidos de prebenjamines no federados de Rivas

La tensión en las gradas en muchos eventos deportivos a veces se pasa de la raya. Un claro ejemplo es lo que ocurrió en Brasil, en el estadio de Maracaná, donde el último encuentro entre las selecciones brasileña y argentina estuvo a punto de suspenderse por un fuerte enfrentamiento entre la policía y la afición e incluso algunos jugadores. No sería la primera vez que en encuentros de mucho menos nivel, las aficiones y los jugadores llegan a las manos, los árbitros tienen que ser escoltados por la policía.

Para evitar que el deporte, que una competición, se convierta en un espectáculo de alto riesgo y sobre todo para fomentar el compañerismo, en Rivas se ha puesto en marcha una iniciativa con los futbolistas más pequeños. Los que tienen entre 5 y 7 años.

El proyecto nace dentro del Marco del programa de lucha contra la violencia en el deporte del ayuntamiento de Rivas: "Rivas entrena Valores". Con este nuevo reglamento, el comportamiento del cuerpo técnico, del público y de los propios jugadores afecta al resultado final del partido. La vicealcaldesa y consejera de deporte de Rivas, Mónica Carrazo, explicaba que con esto se pretende conseguir "que el futbol sea un entorno tanto competitivo como educativo".

Una medida controvertida

Algunas de las normas que se exigen cumplir a los equipos para no ver afectados sus resultados son alabar el buen juego del equipo rival, no realizar acciones que ridiculicen al equipo rival si este es inferior o relativizar la importancia del resultado tanto si es positivo como si es negativo

Dentro de los implicados (principalmente padres, jugadores y árbitros) hay cierta controversia, ya que hay quien piensa que esto puede provocar que los niños no estén preparados de cara a ciertas situaciones que pueden tener en el futuro en un escenario de competición, aunque según Sergio Seoane, coordinador de árbitros esto molesta sobre todo a los padres "más resultadistas" y añade que los niños "ya tendrán tiempo de competir".

También afirmaba que no cree que las diferencias de comportamiento sean tan grandes como para dar la vuelta a un resultado, aunque es algo que podría pasar. El psicólogo Valentín Martínez Otero, cree que lo más importante es que haya "Un equilibrio entre valores y competición". Una controvertida medida que se podría exportar a otras categorías y cuyo resultado habrá que valorar a final de temporada