Los Agentes Forestales supervisan 65.000 hectáreas de pinares de la región en busca de procesionaria

Este año se han detectado más bolsones de la oruga: han aparecido en zonas poco habituales y antes de tiempo por las temperaturas inusualmente altas para el invierno

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Comunidad de Madrid ha comenzado a supervisar más de 65.000 hectáreas de pinares de la región para detectar la presencia de la oruga procesionaria. Las zonas más afectadas por este insecto son, sobre todo, las de Pinus pinaster, del piedemonte de la Sierra de Guadarrama, y de Pinus halepensis, presenta en el este y sureste madrileño.

El Cuerpo de Agentes Forestales, encargado de revisar y evaluar la presencia de esta especie para controlar su propagación, ha divisado este año más bolsones en zonas altas de Pinus sylvestris, debido a la ausencia de bajas temperaturas este invierno.

La labor de estos profesionales consiste en cumplimentar unas fichas para determinar la situación de estos lepidópteros en una zona delimitada y comprobar si se deben tomar medidas como la aplicación de insecticidas, instalación de trampas de feromonas u otras acciones para su desaparición.

La conocida en términos entomológicos como Thaumetopoea pityocampa vive un aumento de su población en los últimos años debido a los otoños cálidos y secos, que les son muy favorables.

Son capaces de producir grandes daños en las masas forestales, propiciando la aparición de otras plagas y disminuyendo el vigor del arbolado, al que convierten en más sensible a los incendios.

Además, pueden perjudicar la salud de los animales de compañía como perros, que pueden sufrir daños severos en la lengua (necrosis) y, en algunos casos, hasta la muerte, cuando se encuentran en entornos urbanos como parques y jardines.

Estas larvas habitan en bolsones ubicados en los pinos, de cuyas hojas se alimentan. Durante los meses de invierno y el comienzo de la primavera, nacen y empiezan a verse los primeros nidos en los extremos de las ramas. Cuando las condiciones climatológicas son favorables, bajan al suelo para enterrarse formando una especie de procesión, de ahí el origen del nombre. En verano, culminarán la metamorfosis al convertirse en mariposas y reproducirse.

Recomendaciones a la población

El Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid ofrece una serie de recomendaciones a la población para evitar posibles daños en su salud y en la de sus animales de compañía.

Así, se aconseja evitar cualquier contacto con los nidos y con las orugas, ya que sus pelos urticantes, que incluso pueden ser trasladados por el viento, podrían provocar reacciones alérgicas en la piel. En caso de que ésta sea grave, se debe llamar al teléfono de emergencias 112 o acudir a un centro sanitario.

Hay que evitar pasear bajo los pinos afectados o cerca de ellos, y en caso de transitar por estas zonas, cubrirse la mayor parte del cuerpo, llevar gorra y gafas y evitar frotarse los ojos.

En caso de haber tenido contacto, conviene ducharse y lavarse la cabeza lo antes posible, así como la ropa utilizada.

Los niños deben ir sujetos por los adultos para evitar que toquen estos insectos.

En el caso de las mascotas, conviene llevarlos con bozal. Es muy peligroso que entren en contacto con la procesionaria y, especialmente, que las ingieran, ya que puede ocasionar graves daños al animal. Si esto sucede hay que buscar asistencia veterinaria inmediata.

Medidas en arbolado urbano

En Galapagar, a través de la concejalía de Medio Ambiente, ya a finales de enero comenzaron a tomar medidas de prevención sostenibles contra las posibles plagas de oruga procesionaria.

El método de eliminación es completamente sostenible ya que no se emplea ningún producto químico. La mayoría de los elementos de las trampas son reutilizables como muestra del compromiso de Galapagar con el Medio Ambiente.

Las trampas se colocan en la parte media del tronco de los árboles, lo suficientemente altas para que no puedan ser manipuladas por personas y animales. Alrededor del tronco se coloca una goma espuma rodeada con un plástico transparente que impide a las orugas escapar por cualquier otro lugar que no sea una trompa de acceso. La trompa conecta con una bolsa de plástico que se encuentra llena de arena, donde la oruga se enterrará para posteriormente ser retiradas de la vía pública.

Además de la colocación de estas trampas, se ha procedido a retirar los nidos de oruga procesionaria que se han encontrado en la parte alta de los pinos.

Estas medidas se van a llevar a cabo en todas las zonas ajardinadas públicas, parques o fincas públicas donde se detecte el inicio de anidamiento de la procesionaria del pino.

No obstante, se recuerda a los vecinos que a través de la aplicación Línea Verde pueden dar traslado al Ayuntamiento de aquellas zonas donde observen la presencia de la oruga procesionaria para así poder actuar con prontitud.