Así está la cárcel de Alicante: agresiones continuas y celdas saturadas de presos

La prisión de Fontcalent tiene 1.000 internos en 450 celdas y los funcionarios denuncian la situación: "Hemos convertido la excepcionalidad en normalidad"

Carlos Cuenca

Alicante - Publicado el - Actualizado

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El Centro Penintenciario Alicante Cumplimiento, conocido como la cárcel de Fontcalent, tiene 450 celdas y más de 1.000 internos, una saturación de presos que se traduce en graves problemas de operatividad en el día a día y, en ocasiones, en una pesadilla para los funcionarios de prisiones que trabajan allí. Muchos de ellos llevan años denunciando que sufren agresiones todos los días.

Descontando los internos a los que se les aplica el tercer grado, es decir, aquellos que pueden salir de la cárcel de día y regresan a dormir, el número de internos que pasan las 24 horas en la prisión alicantina ronda los 700. "Tenemos todas las celdas dobladas, con dos internos, cuando nuestra legislación contempla que haya un interno por celda y sólo dos de forma excepcional. Hemos convertido la excepcionalidad en la normalidad", lamenta Joaquín Leyva, portavoz del sindicato ACAIP en el centro penitenciario Alicante Cumplimiento.

Tal y como denuncia el sindicato ACAIP, la plantilla de trabajadores está compuesta por 300 personas y sería necesario que hubiera 90 más. El sindicato entiende que el número de funcionarios debería incrementarse en un 38 por ciento para que se garanticen las condiciones laborales y de seguridad de aquellos que desarrollan su trabajo y también de los propios internos.

Agresiones

También ha crecido preocupantemente el número de agresiones dentro de la cárcel, tanto entre los propios internos como las dirigidas hacia los funcionarios de prisiones. De hecho, según los datos que maneja el sindicato, las agresiones se duplicaron entre 2021 y 2022 debido principalmente a la falta de seguridad y a la saturación de presos en el centro penitenciario.

El portavoz de ACAIP explica a COPE que en Fontcalent hay presos en módulos donde no deberían estar por sus condiciones y esto se traduce en incidentes, agresiones y peleas. Además, faltan trabajadores para supervisar estas áreas. "En un módulo donde hay 200 internos tenemos dos, tres o cuatro trabajadores el día que no hay vacaciones ni permisos y estamos bien de personal", denuncia Leyva. Además, "hay una distorsión en la convivencia. Tenemos internos con un perfil no adaptado a ciertas actividades que se desarrollan dentro del módulo y esto provoca mal ambiente e incidentes dentro de él", añade.