Benicàssim recupera La Belle Époque
La tradicional campaña de la vendimia será la temática principal en esta edición de La Belle Époque cuyo acto tuvo que ser aplazado por las previsiones meteorológicas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los días 8, 9 y 10 de septiembre la campaña de la vendimia en Benicàssim a principios de siglo XX será la temática principal de esta edición de La Belle Époque. Benicàssim volverá a recrear la Belle Époque en el majestuoso paseo de las Villas Pilar Coloma, si el tiempo lo permite. Esta marcada fecha se pospuso por la previsión meteorológica, pero una semana más tarde, vuelve dedicando esta edición a la tradición vinícola del municipio en torno a la uva moscatel.
Tal como cuentan los residentes más veteranos de la ciudad costera, los primeros años del siglo XX fueron los más gloriosos para el moscatel de Benicàssim. La campaña de la vendimia se extendía hasta octubre y se calcula que se precisaban de unos 1.000 recolectores.
Las familias se organizaban de tal forma que los hombres cortaban la lluvia, los niños transportaban los capazos y las mujeres limpiaban los racimos cobijados bajo la sombra de algún toldo. Al terminar, los comerciantes pagaban un convite y se servía un poco de licor, aguardiente por lo general.
Otro protagonista de este tradicional e histórico acontecimiento es la música, y como no puede ser de otra manera, tendrá como hilo conductor la historia de la soprano valenciana Lukrecia Bori, nacida en 1887, reinó en los años 20 en el Metropolitan de Nueva York. Además, se podrá disfrutar de una exposición fotográfica en Villa Elisa sobre recolectores en la campaña de vendimia supondrá el homenaje a toda una generación de benicenses. Las bodegas y destilerías Carmelitano tendrán un protagonismo especial en esta edición.
El consistorio apuesta por la cultura con actos y actividades como el mercado tradicional modernista, concursos de fotografía, vestimenta, pintura rápida, música, actividades infantiles y recreaciones históricas. El paseo de Las Villas de Benicàssim volverá a los años 20 con cerca de 40 actividades que la convertirán en la capital del modernismo nacional trasladándose al conocido popularmente como “Biarritz valenciano”.