Rectos y hernias
Vithas Castellón aplica una nueva técnica quirúrgica endoscópica para tratar sin cicatrices las diástasis
El principal problema de la diástasis de los rectos, aparte del trastorno estético, es la alteración en la forma que los músculos abdominales hacen fuerza
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La diástasis de rectos es un trastorno de la pared abdominal que se produce como consecuencia de un estiramiento de la membrana que une los dos músculos rectos del centro del abdomen. Como consecuencia, se produce una deformidad a lo largo de la línea que va desde el pecho hasta el pubis, pasando por el ombligo. Esta deformidad se muestra como un hundimiento con el paciente tumbado y el abdomen relajado y como un abombamiento cuando se realiza fuerza con el abdomen.
Tal como explica el doctor Antonio Barrasa, cirujano general y del aparato digestivo de Vithas Castellón, “el principal problema de la diástasis de los rectos, aparte del trastorno estético, es la alteración en la forma que los músculos abdominales hacen fuerza. Por esta razón, los pacientes con diástasis de rectos tienen más tendencia a tener problemas de espalda y de suelo pélvico”.
Cuando la diástasis no es muy grande, es decir que no existen más de 2 cm de separación entre los músculos, se consiguen importantes mejorías con tratamientos fisioterápicos basados en los ejercicios hipopresivos. Sin embargo, cuando la distancia es algo mayor, el ejercicio no consigue corregirlo, e incluso puede aumentar la diástasis al ocasionar presión sobre la membrana ya estirada. En este caso, el tratamiento debe ser quirúrgico.
En Vithas Castellón, el doctor Barrasa ya ha efectuado varias intervenciones con la REPA Reparación Endoscópica PreAponeurótica, un procedimiento endoscópico que permite reparar las diástasis de rectos sin dejar apenas cicatrices. Cicatrices que, además, quedan ocultas en la zona de la ropa interior o en cicatrices previas como las de las cesáreas. “Se comienza separando la piel y el tejido graso por encima de los músculos del abdomen y de la membrana estirada. Luego se sutura dicha membrana haciendo que se junten los músculos abdominales y se refuerza con una malla”, explica el cirujano.
Las ventajas de esta intervención son múltiples: práctica invisibilidad de cicatrices (al realizarse sobre una cicatriz previa o bajo la ropa interior); corrección simultánea de hernias que se hayan podido producir, especialmente frecuentes en estos pacientes (sobre todo las umbilicales) y breve estancia hospitalaria. “Además, -afirma el especialista-, se trata de una intervención muy segura ya que las complicaciones que normalmente pueden aparecer como seromas, hematomas o infección de herida, pueden producir un alargamiento de la curación pero no ponen en riesgo la vida ni ocasionan importantes secuelas. También cabe señalar que existe muy baja tasa de recurrencias, al complementar la reparación con una malla. Este tipo de mallas lleva utilizándose más de 30 años con escasos problemas de tolerancia y es completamente compatible con futuros embarazos”.
Opciones de tratamiento quirúrgico
Según el profesional no hay que olvidar que “en el diseño y la programación del tratamiento quirúrgico se deben tener en cuanta varios factores. Por una parte, el riesgo quirúrgico del paciente; la existencia de hernias asociadas, ya que estas se deben corregir a la vez que la diástasis; la existencia de cicatrices previas en el abdomen o de un gran exceso de piel que haga recomendable su extirpación”.
Teniendo en cuenta estos factores, se puede optar por cirugía abierta (con incisiones grandes que permitan llegar de un extremo al otro de la diástasis) o laparoscópica (pequeñas incisiones por las que se introduce una cámara de video y el instrumental que nos va a permitir arreglar la diástasis). “En general, -comenta el doctor Barrasa-, la cirugía abierta se utiliza cuando se va a extirpar un gran exceso de piel (dermolipectomía), ya que la incisión es lo suficientemente grande como para permitir reparar la diástasis”.