Joven valenciana financia su prótesis a través de emprendimiento solidario

Ana Ortiz, una valenciana que nació solo con una mano, ha demostrado una determinación inspiradora al emprender un proyecto personal para adquirir una prótesis biónica. Hace dos años, a los 14, decidió que si los servicios de salud no podían proporcionarle una prótesis, ella misma la obtendría a través de la venta de pulseras y collares que confecciona a mano.

Después de meses de arduo trabajo y la venta de numerosas joyas, ha logrado recaudar los 60.000 euros necesarios para adquirir el modelo de prótesis que eligió. Es notable destacar que este modelo es uno de los más asequibles en el mercado. Y es que costearse una mano biónica es un problema más común de lo que nuestra protagonista imaginaba. “Al empezar, mucha gente se puso en contacto conmigo, y me di cuenta de que era un problema más común de lo que pensaba”, manifiesta.

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El proceso de Ana ha acumulado una comunidad de seguidores, y es que ha superado los 110.000 seguidores en Instagram. Su determinación y valentía se han reflejado en cada paso del camino, llevándola a cumplir su sueño de obtener una prótesis biónica.

La adquisición de la prótesis no será el fin de este proyecto, y es que “va a ser la primera de muchas”. “Voy a ir creciendo, por lo que algunas partes tendré que cambiarlas”, añade. De hecho, al estar compuesto por piezas delicadas, aunque Ana no crezca más, habrá que cambiar partes del brazo biónico a causa del desgaste.

Además, Ana no planea detenerse en la realización de su propio sueño. “Tengo muchas ganas de ayudar a niños que tienen la ilusión, que yo tengo, de ver que se puede conseguir algo que parece inalcanzable”, explica. Ahora tiene la intención de ayudar a otros niños que se encuentran en situaciones similares a la suya. Ha establecido una asociación que servirá como base para una futura Fundación. Esta Fundación ya ha atraído a importantes patronos y tiene como objetivo principal recaudar fondos para financiar prótesis biónicas para otros jóvenes que enfrentan desafíos similares.

“Tengo muchas ganas de ayudar a niños que tienen la ilusión, que yo tengo, de ver que se puede conseguir algo que parece inalcanzable”

Su capacidad para convertir un desafío personal en una oportunidad para mejorar la vida de otros demuestra su resiliencia y su profundo compromiso con el bienestar de los demás. Con su ejemplo, Ana no solo está cambiando su propia vida, sino también la vida de aquellos que tendrán la oportunidad de beneficiarse de su Fundación en el futuro.