Madrid - Publicado el - Actualizado
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Mestalla vivió el domingo otra cita para olvidar en lo deportivo. La derrota ante el Sevilla ha complicado aun más la vida al equipo de Rubén Baraja, que tiene nueve finales por delante para tratar de lograr el objetivo de la salvación. Nueve citas en las que se ha sumado un nuevo actor que puede jugar un papel importante a la hora de ayudar al equipo. El canterano Javi Guerra (Gilet, 13 de mayo 2003) jugó sus primeros minutos ligueros oficiales con el Valencia CF y lo hizo en el estadio que todo chaval que crece en Paterna sueña pisar. El premio a un jugador que ha crecido y madurado en la entidad che hasta convertirse en una de las perlas de presente y de cuyo futuro están pendientes grandes clubes europeos.
Al cumplir su sueño, Guerra se acordó de su familia, y en especial de su abuelo. Esos que le han acompañado a lo largo de esta camino tan bonito como complejo que supone llegar a la élite. El de Gilet llegó al Valencia CF en la temporada 2019-2020 procedente del Villarreal CF. Empezó en el Juvenil B a las órdenes de Emerson Esteve, donde completó su primera campaña como che. En la segunda formó parte del Juvenil A de Miguel Ángel Angulo y llegó a debutar con el Valencia Mestalla a las órdenes de Óscar Fernández. Fue en la última jornada del grupo III de Segunda B, con el filial de la Academia VCF ya descendido. La pasada temporada la completó con el Valencia Mestalla, con el que logró el ascenso a Segunda RFEF, si bien ayudó también al equipo de División de Honor durante varios choques. Angulo es el entrenador que más tiempo lo ha dirigido y que lo ha visto crecer, hasta el punto de dar un paso de gigante esta temporada.
Javi Guerra es un centrocampista capaz de jugar más adelantado, demarcación en la que ha crecido como futbolista y donde tuvo la oportunidad de ser internacional con las inferiores de España, o de '6' con una vocación más posicional. Posee una alta calidad técnica y sus conducciones superando líneas dejan huella en cada partido. Gracias a su polivalencia en la parcela ancha del terreno de juego tiene muy interiorizado el trabajo de ida y vuelta que caracteriza a los 'todocampistas'. Su fisico está muy adaptado al fútbol actual, ya que está cerca del 1'90 metros.
El canterano respira fútbol por los cuatro costados. Su padre jugó también en el Valencia Mestalla a finales de lo 90 con Pepe Balaguer de entrenador, mientras que su hermano pequeño juega en la UD Alboraya. Sus amigos son, además, muy valencianistas. Contentos de verle debutar en Copa del Rey ante el Atlético Baleares hace poco más de un año, la alegría fue total al verle hacerlo en Mestalla en Primera División. La continuidad que ha encontrado y su evolución defensiva este año le han supuesto un trampolín a la élite.
Tanto es así que clubes como FC Barcelona y Real Madrid están muy atentos a sus pasos, con el objetivo de plantear proyectos más que interesantes al futbolista, que termina contrato en 2024. Las conversaciones con el club están en marcha y la intención del futbolista es renovar con el Valencia CF, igual que la del club, aunque las partes todavía no han encontrado un acuerdo para extender su vinculación. El status del centrocampista ha crecido en los últimos meses y el contrato futuro deberá adaptarse al nivel de su crecimiento y proyección.
Baraja suma una pieza para este tramo decisivo de temporada. Las lesiones y el rendimiento ofrecido en el centro del campo durante la campaña en el primer equipo abren la vía a que Guerra pueda tener más protagonismo, como también se esperaba desde el club a lo largo de los últimos meses. Ahora compagina su carrera deportiva con los estudios de marketing, además de tener un gran dominio de los idiomas. Como del balón. Todo, ante la atenta y orgullosa mirada de su abuelo Antonio.