En esta empresa de construcción en Galicia los empleados se van a las cuatro de la tarde

La construcción vive un momento dulce y, al mismo tiempo, un desafío: la falta de mano de obra en Galicia

Paula Pájaro Rives

Santiago - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Javier fundó su empresa de construcción en Galicia allá por el año 89. Tenía un socio hoy fallecido, del que se acuerda con cariño. Al principio, en su cabeza no estaba construir piscinas, pero el mercado o la vida lo fue llevando hasta ese ámbito. Hoy nos reconoce con orgullo que, aunque su verdadero nombre es Javier Santos, ya lo llaman "Javi piscinas".

En su firma trabajan una treintena de personas "pero está en manos de mujeres, es un poco particular mi empresa en ese sentido, desde la administración a la jefa de obra. No como antes que, aunque querías contratar si no había mujeres disponibles para trabajar, por mucha voluntad que tuvieras, no había". Él lo tiene claro: "La construcción está viviendo un momento de mucho apogeo, importante. No hay más que ir con el coche y ves obras por todos lados".

En su caso, lleva años con la misma gente y tiene claro que, en la actualidad, el bienestar es clave para que los empleados quieran seguir en la empresa: "La gente tiene que estar cómoda. Cuando empecé ya tenía claro que todo el mundo tenía que estar fijo, cada uno con el rol que le corresponda, eso siempre favorece a la empresa, para que funcione bien". Desde que empezó hasta hoy, por fortuna, ha habido avances que hacen más fácil el trabajo: han aparecido ayudas mecánicas y tecnológicas: "Antes todo era manual, se hormigonaba a mano, las herramientas eran carretillas y palas. Hoy ya no lleva un día entero descargar un tráiler". Incluso el GPS facilita el llegar a las obras: "yo recuerdo cuando íbamos a trabajar a alguna aldea y ni los que vivían allí nos sabían indicar cómo llegar".

SALARIOS Y CONCILIACIÓN: "TODOS TENEMOS FAMILIA"

Javier nos insiste en que los salarios ya vienen marcados por el convenio y "se han ido ajustando". Y en cuanto a la calidad de vida, los fines de semana los trabajadores descansan y los horarios de esta empresa favorecen que haya vida más allá del propio trabajo: "Yo también tengo familia, mis trabajadores también. Todos tenemos circunstancias o eventualidades… aquellos horarios de antes ya no se llevan. En mi empresa a las cinco de la tarde nos vamos todos. Los viernes, a las cuatro".

Si bien reconoce que esto, algunos clientes, no lo acaban de digerir bien: "Hay quien me echa en cara que tienen que trabajar más o venir los sábados. Pero la gente tiene que descansar, tener vacaciones, hacer puente..."

FALTA MANO DE OBRA

Para Santos, la falta de mano de obra en el sector de la construcción no es exclusivo de este sector: "los transportistas no encuentran camioneros, los hosteleros reclaman camareros, los talleres mecánicos..." Parece que detrás de esas necesidades hay un cambio de mentalidad en la sociedad: "Mi hijo va a ser médico, el mío ingeniero, el otro abogado… Yo me alegro, pero hay otra parte que es igual de digna, igual de meritoria, igual de buena... que es un buen albañil, un buen electricista, un buen pintor... que son necesarios. El día que tenemos una gotera en la cocina, estamos buscando desesperadamente un fontanero, no nos vale ni el arquitecto, ni el ingeniero, ni el jefe de obra. Si falla la televisión buscamos a quien nos arregle la antena. Todo es relevante". Y Javier continúa: "En otros tiempos teníamos ese prejuicio absurdo de pensar que si mi hijo era médico o abogado era más... y, ahora, ser abogado no te garantiza tener más ingresos que una buena jardinera, por poner un ejemplo. Yo se lo digo a mi hija, que estudie lo que quiera".

En cualquier caso, este empresario de la comarca de Santiago nos explica con orgullo que él tiene una plantilla que ha ido creciendo con la empresa y, los que se le han ido, ha sido, o bien porque quería emprender por su cuenta, o por jubilaciones: "Gente que ha estado toda su vida dedicada a mi empresa, aún hoy me emociono".

Temas relacionados