Lourdes: "he vendido ropa de segunda mano en Santiago hasta para recepciones con el rey emérito"

La ropa vintage es tendencia en Santiago: lo comprobamos, de tiendas por distintos establecimientos compostelanos con origen tan variopinto como los productos que ofrecen

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La tienda de segunda mano más veterana de Santiago acaba de cumplir 21 años. La puso en marcha una licenciada en Farmacia apasionada de un tipo de moda "diferente" y que no se cortó a la hora de elegir el nombre para su negocio: "Naftalina". Lourdes ya venía enganchada a este mundo cuando llegó a estudiar desde su San Sebastián natal, y de allí se trajo el primer pequeño cargamento, de la tienda de una amiga que cerró. "Me acuerdo de un bolso de serpiente que tenía como un doble fondo... Recuerdo perfectamente quien lo tiene. Era uno de los más difíciles, una pieza de colección", asegura. Lo vendió al poco de abrir por "poco más de 60€... ahora habría salido por mucho más!"

Empezó con bolsos y abriguitos de astracán, pero se dio cuenta que para abrir mercado en Santiago había que diversificar...Y ahí se lanzó: se define como una "cazadora de tesoros" y asegura que sus clientas, porque son sobre todo mujeres, también lo son. "Hay gente que tiene algún evento especial, una entrega de premios ...y no quieren llevar algún vestido que puedan encontrar otro igual. Luego los transforman" Hay compañías de teatro que necesitan piezas especiales para completar vestuario... y asegura, hasta público muy exclusivo: "no te puedes ni imaginar quién ha pasado por aquí" Le pregunto por algún nombre que se pueda decir, pero se resiste: eso sí, asegura que " hasta para recepciones con el antiguo rey emérito y cosas de estas"

Lourdes, profe de clases particulares por las tardes, dice que la tienda vintage es un hobby del que no piensa en prescindir, a pesar de que está al borde de la jubilación. Asegura que hay meses que los abrigos sesenteros y las lentejuelas no dan apenas para cubrir las facturas... pero por el momento, ni se le pasa por la cabeza bajar la persiana. "Aquí hay sobre todo, mucha ilusión", afirma

UN SUEÑO FIN DE CARRERA HECHO REALIDAD

Otra prueba de que la segunda mano tiene tirón en Santiago la tiene Felipe: 27 años, licenciado en ADE..."Kameleon Vintage" es su proyecto fin de carrera hecho realidad. Cuando se fue de Erasmus a Bulgaria en los últimos años de carrera se trajo ya parte del almacén con el que arrancó el establecimiento online desde un bajo que tenía su familia en Ribeira. De ese viaje, en 2014, le quedan todavía alguno de sus actuales proveedores: "empecé con veinte o treinta... pero ahora trabajo principalmente con tres. Uno de Italia, con el que compro por video llamada, para elegir cada prenda, y otros dos de aquí de España", explica.

La tienda online rápidamente se le quedó pequeña a este joven emprendedor, que se ha especializado sobre todo en cazadoras de marca, aunque de casi todo se puede encontrar en las perchas de su establecimiento, que ha tenido que cambiar de local en Santiago por falta de espacio. Ubicado a las puertas del Campus Sur, Felipe pensó en principio en una clientela desde adolescentes hasta adultos jóvenes, pero le ha sorprendido la respuesta del público: "un target con el que nunca había contado es el de las personas de 70 años para arriba que se van encantadas con piezas por la calidad que no veían desde hace 20 años. La verdad es que estoy bastante agradecido", reconoce.

Tan bien ha cuajado su proyecto fin de carrera que, además de trabajar él, tiene tres personas más empleadas a media jornada en la tienda, donde, asegura, hay veces que el famoso lema “me lo quitan de las manos”... es una realidad: "hace poco, un pantalón cargo de Nike, lo estaba colocando en la percha y ya una chica me dijo que lo quería, así que..."

La prenda más cara que ha tenido en la tienda fue alguna cazadora de la marca MONCLER, comprada en un mercadillo en Italia. 1.000 euros cuesta nueva: Felipe recuerda que no pasó de los 200 euros, pero asegura que hoy habría salido por un precio mucho mayor.

ARROUPA: ROPA A BUEN PRECIO PERO MUCHO MÁS

El precio reducido es uno de los alicientes, pero no el único, de otro de los ejemplos de éxito que tenemos en Santiago en segunda mano: la tienda de ARROUPA, iniciativa de Cáritas.

El establecimiento está en marcha desde 2016 en la capital de Galicia, cuando abrieron tienda también en A Coruña y Pontevedra. Isabel Fraga, su responsable, asegura que también en su caso han notado como ha cambiado la mirada de la gente hacia la segunda mano: "las mismas personas que en España tenían prejuicios iban a otros países y compraban ropa de segunda mano. Eso ha evolucionado en los últimos años en todos los tramos de edad" asegura.

En el caso de ARROUPA, las prendas proceden de donaciones, tanto de particulares como de establecimientos comerciales que les ceden productos de otras temporadas. Las piezas "con etiqueta, tienen un ahorro garantizado sobre el precio original del 50%, pero la media de los artículos que se pueden adquirir en ARROUPA no llega a los 5 euros".

Además de ofrecer precios competitivos, ARROUPA tiene en su etiqueta otros componentes básicos. Por una parte, permite dignificar la compra de ropa a personas con pocos recursos, que en lugar de acudir a los roperos parroquiales puede dirigirse con vales de compra a la tienda y elegir allí los productos. Además, es una vía de inserción laboral para gente que, después de recibir formación, tiene una primera oportunidad de empleo. Tres años es el tiempo que están, de máximo, en Arroupa, las personas en inserción, antes de dar el salto al mercado laboral. Hasta ahora lo han conseguido 20 personas.

Buenos precios, algo distinto... pero también compromiso con el medio ambiente es lo que ven las personas que encontramos en nuestro recorrido de tiendas de segunda mano: nos lo dice una mamá que se lleva unas deportivas de marca completamente nuevas para su pequeño por apenas 4 euros, o una joven que vuelve después de llevarse en otra ocasión un "abrigo de alta costura por 30€... me lo dijo una amiga que es modista, que por menos de ciento y pico, no lo habría encontrado en otra tienda!" Y todo es empezar, porque quien pica una vez, repite, aseguran tanto clientela como comerciantes.

Eso sí: más que en otros establecimientos, en la segunda mano hay que entrar con muchas ganas de dejarse sorprender