Monseñor Prieto, nuevo arzobispo de Santiago: "presidir es servir"

Monseñor Barrio se marcha sintiéndose "muy querido y muy arropado: voy a seguir queriendo a esta diócesis mientras viva"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Las campanas de la catedral repicaban a mediodía cuando se daba a conocer el nombre del nuevo arzobispo de Santiago. Dos años después de su llegada como obispo auxiliar, monseñor Francisco Prieto toma el relevo al frente de la Iglesia Compostelana. Su intervención estuvo llena de agradecimientos: a Dios, al Santo Padre y al arzobispo monseñor Julián Barrio, que lo acogió como a un hijo, aseguró: "axudoume a descubrir e a percorrer esta diocese, a mestría sempre dende a palabra fonda e de xesto sinxelo". "Coñecer é escoitar", añadió.

También, intervención plagada de intenciones: habló monseñor Prieto de seguir los caminos de la vida sin caer en la tentación de buscar atajos y apostando por la unidad, aunque a veces haya que quedarse atrás para no dejar a nadie: "cantas veces hai que quedar atrás non por que falten as forzas, senón porque ninguén quede nas cunetas, ninguén quede abandonado". Apostó Prieto por un liderazgo "con humildade, con sinxeleza", siguiendo el ejemplo "do bo pastor, que é o Señor", y puntaba también "presidir es servir".

DESPEDIDA EMOCIONADA DE MONSEÑOR BARRIO

Abrir la puerta a su sucesor significaba cerrar una etapa de treinta años en la Iglesia compostelana para monseñor Barrio, que igual que Prieto, fue primero obispo auxiliar en esta diócesis. En los apenas quince minutos de intervención para ceder el testigo, la palabra que más repitió el ya arzobispo emérito fue "gracias". Agradecimiento a Dios, a los Papas que se han sucedido durante el tiempo que él estuvo al frente de la Iglesia compostelana, también a los obispos axuliares que lo han acompañado a lo largo de estas casi tres décadas. No se olvidó de las Hijas de la Natividad, que cuidando de sus padres le pertimitieron "atender su ministerio" y esta diócesis "compleja y sencilla a la vez". Tampoco del personal médico que lo atendión "durante tres estancias largas en el hospital": "era la compañía y el afecto que tenían con todos los enfermos, por eso quiero tener un agradecimiento profundo también para ellos".

"Yo me he sentido muy querido y muy acompañado: tengo la preocupación de no haber respondido en la medida en que debiera de haberlo hecho. En todo caso, si el Señor me da vida, seguiré queriendo a la diócesis y rezando por todos los que la conforman", aseguró.

El próximo 3 de junio tendrá lugar el nombramiento del nuevo arzobispo compostelano.