Altri defiende su proyecto, frente a falsedades: "Impacto mínimo"

Bruno Dapena, director de GAMA, el proyecto de Altri en Palas y la directora de sostenibilidad de la firma portuguesa, ven una campaña de desinformación

Redacción COPE Galicia

Galicia - Publicado el - Actualizado

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Galicia es escenario de varias movilizaciones en contra de la implantación de Altri en Palas de Rei. Esta vez, Santiago acogerá una protesta de los ecologistas este domingo.

¿LLUVIA ÁCIDA?

Desde la empresa ven una clara campaña de desinformación “y en un tono muy alarmante” para influir en la opinión pública con datos falsos. Hablan de mensajes exagerados que causan temor. Por ejemplo, sobre la emisión de sustancias contaminantes que se inflan infinitamente sobre la cifra real. El ingeniero Bruno Dapena, director del proyecto GAMA, que prevé implantarse aquí, nos pone este ejemplo: “Se dice que el proyecto va a emitir sustancias contaminantes que causarán lluvia ácida en la comarca. Efectivamente, las sustancias podrían causar esto si se dan unas condiciones de concentración y de caudal infinitamente superiores a las que se van a emitir. Le pongo un ejemplo cotidiano: el etanol, en elevadas concentraciones, puede ser tóxico y causar daños irreversibles. Si te bebes un vaso de alcohol de farmacia, con un 96% de concentración te provocará graves daños. La misma sustancia, a un 5% de concentración que puede ser una cerveza cotidiana, no causa ese impacto”.

LYOCELL CON SELLO GALLEGO

La empresa prevé fabricar fibra textil a partir de madera. De la planta de Palas saldrá un material que se conoce como lyocell y que ya emplea la industria textil. El destino de esa producción de lyocell será el propio mercado en Galicia, norte de Portugal y, en menor medida, otros mercados.

Dapena defiende que se van a instalar aquí, la base en Galicia, porque aquí tenemos la material prima. La madera para fabricar estas fibras se compraría en nuestra comunidad: “Se calcula que se exportan en Galicia 2,4 millones de m3 de madera al año. Nuestra planta consumiría la mitad de esa cantidad, que sería procesada aquí en Galicia”.

Greenpeace ha denunciado que la planta necesitará 46 millones de litros de agua para operar, misma cantidad que toda la provincia de Lugo. La empresa lo niega: insisten en que el agua que necesita la empresa se capta, no se consume, y luego se devuelve tratada.

Ahí hay otro punto de fricción con los ecologistas, que advierten de que devolverán 30 millones de litros de agua contaminada de vuelta al río. Altri niega esta información. Aseguran que el proyecto plantea acometer una inversión importante para la depuración. Sofía Jorge, la directora de sostenibilidad de Altri, pone otro ejemplo gráfico: “En la depuradora vamos a invertir 80 millones de euros. Para que tengas una referencia, en la estación depuradora de Santiago de Compostela se invierten 50 millones de euros, para tratar las aguas de toda la población de la capital gallega. Nosotros devolvemos el agua sin crear impacto en el medio”.

La directora prosigue: “Es una iniciativa pionera a nivel mundial para la producción de fibra 100% biodegradable. La primera fábrica de estas características en España, segunda en Europa, ya hay una en Austria. En Galicia está la materia prima. La planta estará en el centro de la masa forestal. Toda la madera va a ser de proximidad. La huella de carbono va a ser muy baja porque todo será de proximidad”.

Desde la empresa estiman una inversión de mil millones de euros. 500 empleos directos, 2.000 indirectos, en una planta que trabajará las 24 horas del día.

LA TRAMITACIÓN DE ALTRI SIGUE ADELANTE

La empresa entiende el recelo que puede generar en algunas personas este proyecto, pero pide que se traslade información verdadera y contrastada. De momento, la Xunta tramita su licencia ambiental. Varios departamentos y técnicos de la administración evalúan los estudios y su impacto sobre el entorno, el Camino de Santiago, el Río Ulla…

La conselleira de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, nos decía aquí en COPE que si no cumplen la ley, obviamente, no se va a autorizar.

Por otro lado, este proyecto depende, al menos, en un 25%, de ayudas europeas que tramita el Gobierno Central. Así que, en los próximos meses, a principios de 2025, sabremos qué ocurre con esta planta que se ha convertido en epicentro de un terremoto político de gran magnitud.