INFORME COPE: Dos años del Villa de Pitanxo, ¿por qué naufragó el pesquero gallego?

COPE accede a la investigación y busca respuestas con entrevistas a familiares de las víctimas y documentación de archivo.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

8 min lectura

Eugenia se enteró que su hijo había muerto a través de Facebook. “Otra vez... otra vez”, dijo ese día.

Y es que Ricardo había sobrevivido dos décadas antes a otro naufragio, el del Arosa.

Vidas marcadas por el naufragio: “Nosotros hablamos porque ellos ya no pueden hacerlo”

En esa ocasión, el barco gallego se hundió en el Gran Sol y su hijo fue el único superviviente de esa tragedia. “Esa vez fue un milagro, pero Terranova ya es otra cosa, esas aguas son otra cosa”, relata Eugenia con la voz entrecortada.

Esta madre gallega sabía perfectamente que el lugar en el que se hundió el Villa de Pitanxo -el Atlántico Norte- es uno de los peores lugares del mundo para naufragar. Las condiciones son durísimas y la temperatura del agua hace que solo puedas mantenerte con vida unos minutos.

Ricardo fue uno de los 21 fallecidos en el hundimiento de este pesquero gallego, el naufragio más letal de un barco español en los últimos 40 años.

Las familias solo pudieron recuperar y dar sepultura a nueve cadáveres, el resto continúan desaparecidos. “Es muy triste no poder despedirte de tu hijo, no poder darle ni un beso. Al no ver el cuerpo, es como si creyeras que no está muerto. Aunque yo lo llevo conmigo – señalando un colgante con una foto de Ricardo – yo lo echo de menos.

Llenaba la casa cuando llegaba de faenar, me abrazada y le decía sus hermanos dejadme a mamá a mí, que vosotros la tenéis todo el año. De los cuatro hijos que tengo era el más cariñoso”, cuenta Eugenia.

Pero Eugenia no fue la única que recibió la noticia a través de redes sociales. Noemi también vivió lo mismo, fue su hermana quien la llamó para avisarle de que lo había leído en Facebook.

En su caso, el desaparecido es su marido Pedro, el primer oficial de máquinas. “Llevábamos toda la vida juntos y teníamos un futuro por delante”, relata señalando la foto de su boda.

Pedro se embarcó en el Pitanxo cuando su hijo pequeño tenía solo siete meses. “El último día que me llamó fue en San Valentín, me dijo que volverían pronto a casa. Pero ese barco nunca llegó. Ahora buscamos que se haga justicia”, sentencia Noemi.

Cuando se cumplen dos años de la tragedia, las familias del Pitanxo buscan respuestas.

La noche del 15 de febrero

El pesquero gallego- con sede en Marín- partió del puerto de Vigo el 26 de enero de 2022 para faenar en las aguas de Terranova.

Este arrastrero tenía 18 años de antigüedad y 50 metros de eslora.

La madrugada del 15 de febrero, el Pitanxo se encontraba a 250 millas de la costa canadiente. Es entonces cuando en San Juan de Terranova se reciben las primeras alarmas.

Un pesquero gallego se encontraba incomunicado en medio de un gran temporal, con olas de hasta 10 metros y viento que rondaba los 40 nudos.

Así era imposible acudir a su rescate en barco, pero también era complicado en helicóptero.

Aquí naufragó el Villa de Pitanxo

Punto exacto del mapa en el que se hundió el Villa de Pitanxo. También, se puede observar la zona del hundimiento del Titanic.

Los primeros que llegan al lugar de la tragedia son dos barcos pesqueros que faenaban por la zona, uno portugués y otro gallego.

Al llegar al lugar del hundimiento la imagen es terrible.

Pueden observar dos balsas, una de ellas está vacía y en la otra encuentran seis cadáveres y tres supervivientes. El capitán Juan Padín, su sobrino Eduardo y Samuel Kwesi, un tripulante de origen ghanés.

Tan solo el capitán y su sobrino llevaban puesto el traje de seguridad. “Acepté mi propia muerte, pero fue entonces cuando escuché el pito del Playa de Menduiña Dos”, relató Samuel en el homenaje a sus rescatadores.

Pero, ¿cómo pudo resistir Samuel Kesie durante cinco horas sin traje de seguridad?

Parece imposible soportar ese frío sin un traje aislante como el que llevaban los otros dos supervivientes. Samuel llegó a contar que sobrevivió porque unos días antes de embarcarse en el Pitanxo vio en la televisión un capítulo de El último superviviente en el que daban claves para sobrevivir en temperaturas gélidas.

Lo más importante era permanecer seco, y así lo hizo. Estuvo de pie, sin apenas mojarse durante cinco horas hasta que llegaron a rescatarlo.

Con el paso del tiempo, el capitán Padín y Samuel han relatado versiones enfrentadas.

Mientras que el capitán asegura que se quedó sin motor de forma repentina y que el pesquero empezó a estar a merced de las olas; Samuel asegura que algunos tripulantes le dijeron que arriase el cable que les conectaba a la red, pero Padín no lo hizo.

El barco se habría hundido por unas condiciones de mar durísimas y el “embarre” – enganche en el fondo- de la red con todo el pescado. Samuel incluso llegó a relatar en su declaración en la Audiencia Nacional que algún tripulante llamó “asesino” a Padín en los momentos críticos del naufragio.

El naufragio más letal de un pesquero español en 40 años


¿Qué dice la investigación?

Hace unos meses, un robot especializado en investigación del fondo marino desciende hasta los restos del barco.

El Villa de Pitanxo descansa a 750 metros de profundidad en el Atlántico Norte.

El Pitanxo se encontraba “en buen estado y con las redes desplegadas”, asegura a COPE José Cubeiro, el propietario de ACSM, la empresa encargada de bajar hasta el pecio. Cubeiro ha señalado también que la grabación “es nítida” y se puede observar perfectamente el barco sobre el fondo marino.

Estas imágenes han sido analizadas por peritos judiciales y estos han elaborado un informe de la investigación.

COPE ha tenido acceso al documento y los peritos señalan cuatro posibles causas del naufragio:

1- Apuntan a un “error humano del capitán” y habla de “falta de percepción cabal del riesgo” que suponía hacer las maniobras que hizo en unas condiciones de mar tan adversas. El barco estaba embarrado y el motor se paró, pero lo habría hecho justo antes de hundirse, no mucho antes como defendía la versión del capitán.

2- Padín, según este informe, también habría tardado demasiado en ordenar la evacuación. Esto habría hecho muy complicado supuestamente que toda la tripulación abandonase el barco. Recordemos que 12 cuerpos nunca llegaron a recuperarse.

3- Además, los peritos se refieren a una serie de irregularidades que señalarían directamente a la empresa, la armadora Grupo Nores. Como la supuesta falta de conocimiento de la actuación en situaciones de emergencia por parte de los tripulantes o la ausencia de una escalera en estribor que habría permitido una evacuación más rápida. Esto ya era algo que Samuel Kwesi había defendido en su versión y que ahora se habría demostrado que es cierto. Por ello los peritos consideran la versión de Samuel verosímil.

4- Por último, es innegable que las condiciones del mar influyeron en lo sucedido. Olas de hasta 10 metros, viento fortísimo, escasa visibilidad. Esto hizo mucho más complicada la maniobra para liberar al barco del embarre.

Familias que exigen justicia

Kevin perdió a su padre Fernando en el naufragio.

Paseando por el muelle en el que este le enseñó a nadar, confiesa a COPE que supo que algo no iba bien porque su padre se olvidó de felicitarle el cumpleaños.

Asegura que nunca se olvidaba de las fechas señaladas aunque estuviera faenando y que eso le extrañó mucho. Ahora Kevin pide justicia: “Nosotros la verdad ya la sabemos, lo que pedimos es que se resuelva cuanto antes. Aunque mi padre nunca va a volver, yo no podré disfrutar de sentarme en una mesa a comer con él, charlar, discutir, que sus nietos puedan conocerle...”

Kevin perdió a su padre en el naufragio

Kevin perdió a su padre en el naufragio. Escuchamos su historia para este reportaje sobre el hundimiento del Villa de Pitanxo.

Marluz llegó de Perú para buscar un futuro en España. Primero aterrizó ella, luego lo hizo su marido.

Edwin es otro de los 12 desaparecidos en el naufragio, Marluz muestra una foto enviada por su marido unos días antes del naufragio. Se ve al marinero durmiendo en una especie de almacén, con un colchón en el suelo. “Tenía coronavirus y estuvo aislado en ese lugar durante varios días”, cuenta Marluz.

El momento más duro fue cuando sus 4 hijos se enteraron de que su padre no volvería: “El mayor se enteró porque vio la foto de su padre en el periódico. Me olvidé de retirarlo y el me preguntó si le había pasado algo a su padre. No supe qué decirle y él fue corriendo a la habitación a contarle a su hermano que su papá había muerto”.

El de Jeanette es otro ejemplo, tiene solo 15 años pero al hablar con ella te da la sensación de estar con alguien mucho más maduro.

Los golpes de la vida le han obligado a serlo. “Mi padre Edmund era de Ghana, aprendió a pescar desde pequeño y aquí en España ha trabajado la mayor parte del tiempo en el Villa de Pitanxo. Cuando llegaba de las mareas siempre lo hacía muy cansado y tenía que dormir mucho tiempo”, recuerda la adolescente.

Jeanette asegura que al conocer la noticia no le extrañó que su padre fuese uno de los fallecidos: “era una persona muy generosa, dispuesta a poner a los demás por delante de él. Supongo que pasaría eso”. Confiesa que va superando poco a poco el golpe más fuerte de su vida, pero que se lo está tomando como si su padre “fuese a volver en cualquier momento de trabajar”.

Por ahora lo está llevando así, como si esto fuese tan solo una marea larga que se ha prolongado en el tiempo y que Edmund volverá un día con el Pitanxo.

Dos años después del naufragio, todavía no hay fecha marcada para el inicio del juicio en la Audiencia Nacional.

Al capitán del Pitanxo, Juan Padín, se le imputan 21 delitos de homicidio por imprudencia grave.

COPE se ha puesto en contacto con la empresa armadora, pero no han querido participar en este reportaje.

Escucha el reportaje completo sobre el naufragio del Villa de Pitanxo a continuación.

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