BARREIROS

Empieza a trabajar como socorrista en una playa de Lugo y no puede creer lo que vive en su primer día

Lleva dos días de trabajo y el primero ya tuvo que intervenir en un rescate

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

Pedro Martín Álvarez es socorrista en la playa de Lóngara, en Barreiros (Lugo). Lleva apenas unos días vigilando el arenal y el primero ya tuvo que realizar su primer salvamento.

Cuenta que empezó algo nervioso porque es su primera vez como vigilante de playa, pero todo el equipo es muy cercano y los coordinadores le apoyan totalmente.

En su primer día ya tuvo que intervenir para rescatar a unos niños que eran arrastrados por la corriente hacia una zona de rocas.

Afortunadamente, todo quedó en un susto: "avisé por el walkie y ya vinieron los compañeros y nada, no pasó nada de gravedad. Por la corriente se fueron acercando a las rocas, pero al final fue un susto sólo".

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Si la corriente te arrastra

Pedro nos cuenta qué debemos hacer si vemos que el mar nos arrastra. Lo primero, si nos dan las fuerzas, es tratar de volver a la orilla. Pero si vemos que es más fuerte que nosotros y vamos a pasar apuro para salir, pedir auxilio inmediatamente.

Es mejor reservar las fuerzas que nos queden para aguantar mientras llega la ayuda.

Los socorristas están repartidos en diferentes puntos del arenal y coordinados, a través de los walkie-talkie, con la zódiac. En caso de emergencia, la lancha acude con rapidez.

En este municipio, Barreiros, una veintena de personas se encarga de vigilar las playas. Desde las funciones básicas como señalizar, izar las banderas en función del estado del mar o aconsejar a los bañistas donde es mejor darse el chapuzón, hasta socorrer en situaciones de emergencia. También atienden los pequeños golpes, accidentes o picaduras de ariegos, muy habituales en esta zona de Galicia.

Un profesional codiciado

Los socorristas están muy codiciados en poblaciones de playa porque se necesita un buen número de ellos para garantizar la seguridad en los arenales y las condiciones laborales no siempre son las más atractivas. La estacionalidad y el sueldo llevan a que este tipo de trabajo sea demandado por gente muy joven, que puede compatibilizar unos meses de trabajo en verano con sus estudios.

Además, los ayuntamientos necesitan un número determinado de socorristas para poder conservar la Bandera Azul, el galardón que certifica que las playas están en buenas condiciones, tienen servicios, buenos accesos y vigilancia.

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Trabajo para jóvenes y estudiantes

Pedro Martín Álvarez es joven y estudiante, así que su caso se ajusta al perfil habitual de socorrista. Él realizó el curso de formación requerido en fines de semana y festivos, para compatibilizarlo con sus estudios. En cuanto a las pruebas físicas, señala que casi todo el mundo puede superarlas porque "nadas mucho, todos los días", y le vas pillando el ritmo: "creo que todos al final lo sacamos bien".

Está muy contento y se alegra de poder trabajar en verano.

Consejos básicos

En la playa, con la familia y amigos, todos queremos pasarlo en grande, pero hay que tener en cuenta unas medidas básicas, además del sentido común.

Pedro nos recomienda "estar atento, hacer caso a la gente que sabe, a los socorristas... y que los padres con niños pequeños estén muy atentos porque se meten en el mar y no tienen mucha experiencia".

Siempre hay que respetar los banderines que pongan porque delimitan la zona de baño en función de lo peligrosas que sean las corrientes. Y la bandera que indica si se permite o no el baño (verde, amarilla o roja -que indica prohibición total).

Y sobre todo "ayudarse unos a los otros". En definitiva, "pasarlo bien pero siempre con cabeza".

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