Una decisión de Portugal acabó con un pueblo en Galicia bajo el agua: la sequía lo saca a la luz

El paisaje que muestra es desolador; los restos de casas de piedra, fuentes y calles todavía son visibles, aunque erosionados por el agua y el paso del tiempo

Calle del pueblo sumergido de Aceredo. Pueblo sumergido bajo las aguas de un embalse, pero visible debido a la sequía. Ourense.

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Calle del pueblo sumergido de Aceredo. Pueblo sumergido bajo las aguas de un embalse, pero visible debido a la sequía. Ourense.

José Manuel Nieto

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El pueblo de Aceredo, en la provincia gallega de Ourense, ha vuelto a emerger de las profundidades del embalse de Lindoso, una infraestructura hidroeléctrica construida en los años noventa que cubrió bajo el agua esta localidad y otras cuatro más. Hoy, su resurgir por la fuerte sequía que afecta a la región ha dejado al descubierto un paisaje fantasmagórico, con casas de piedra medio derruidas, calles claramente reconocibles y fuentes que un día fueron punto de encuentro de los vecinos. Aunque el tiempo y el agua han dejado huella en las estructuras, aún es posible identificar el trazado original del pueblo, los muros de las viviendas e incluso algunos objetos personales.

Este fenómeno no es nuevo en España, un país que durante las décadas de 1950 y 1960 desarrolló un ambicioso plan de construcción de embalses, promovido por el régimen franquista. Muchas comunidades fueron desalojadas y sus casas, tierras y recuerdos quedaron sumergidos para siempre bajo el agua. En algunos casos, como los de Mediano, en Huesca, o Sant Romà de Sau, en Barcelona, las ruinas afloran cuando el nivel de los embalses desciende. Pero Aceredo es especial: la decisión que acabó con su existencia no fue española, sino portuguesa.

El embalse que lo cubre, el de Lindoso, se encuentra en territorio portugués, pero afecta directamente a la vertiente gallega del río Limia. La infraestructura fue fruto de un acuerdo entre España y Portugal, dentro del llamado Convenio de Albufeira, que regula el aprovechamiento de los ríos que cruzan ambas fronteras. Así, en 1992, Aceredo quedó sepultado bajo el agua por una decisión administrativa que venía del otro lado de la raya.

Un rincón melancólico y lleno de historia

La vuelta a la superficie de Aceredo no solo genera impacto visual. También despierta emociones. Son muchos los que visitan el lugar atraídos por la singularidad de caminar entre calles que durante décadas han permanecido ocultas bajo el agua. Algunas de ellas conservan el empedrado original. Entre los restos se pueden ver botellas de vidrio, platos rotos, herramientas oxidadas y otros utensilios del día a día, testigos de un pasado que se resistió a desaparecer.

Una vista del pueblo fantasma de Aceredo en el embalse de Alto Lindoso

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Una vista del pueblo fantasma de Aceredo en el embalse de Alto Lindoso

No es la primera vez que el pueblo sale a la luz. Ya en 2017 una bajada en el nivel del embalse dejó ver parte de la aldea, pero fue en 2021 cuando Aceredo emergió por completo, generando atención internacional. Medios como la BBC o National Geographic documentaron su aspecto desolador y su historia única. Desde entonces, se ha convertido en un destino curioso, donde lo turístico se mezcla con lo emocional.

La creación del embalse supuso también la desaparición de otras localidades vecinas: Buscalque, A Reloeira, O Bao y Lantemil. Todos sus habitantes fueron expropiados y desplazados. Muchas de estas familias llevaban generaciones asentadas en la zona. Hoy, quienes vivieron aquella pérdida sienten que la sequía ha devuelto algo de lo que les fue arrebatado: no sus casas, pero sí su memoria.

El paisaje que habla del pasado

Llegar a Aceredo es posible por carretera. Desde Ourense, el trayecto dura menos de una hora por las vías AG-31 y OU-540. Si se parte desde el lado portugués, concretamente desde Ponte da Barca, el acceso más directo es por la N203 y la IC28, con una duración estimada de 35 minutos.

El pueblo fantasma de Aceredo se revela durante la sequía en el embalse de Alto Lindoso, Lobios, Ourense

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El pueblo fantasma de Aceredo se revela durante la sequía en el embalse de Alto Lindoso, Lobios, Ourense

El futuro de Aceredo sigue siendo incierto. Todo dependerá del nivel del embalse y de la gestión que hagan las autoridades hidráulicas portuguesas. Mientras tanto, sigue siendo uno de los lugares más impactantes y evocadores de Galicia, una aldea bajo las aguas que cada cierto tiempo regresa para recordar que el progreso, a veces, se impone sobre la vida. Y que el pasado, aunque cubierto de lodo, siempre vuelve a emerger.

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