Una taxista de Sanxenxo alucina cuando le dejan una propina por hacer un viaje corto: "Dos minutos"

El viajero solo tenía que pagar unos cinco euros, como explica Paula en su publicación, pero algo en ella provocó que se animase a darle más euros de lo que estaba pactado

La taxista y un paisaje durante su turno de trabajo

José Manuel Nieto

Publicado el

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El constante ajetreo de la vida urbana, con su mezcla de destinos y compromisos, ha generado la necesidad de un transporte rápido, accesible y eficiente. Ahí es donde aparecieron los taxis y los taxistas para convertirse en indispensables. Su disponibilidad de 24 horas hace que tengan historias de todos los colores, como la de esta joven de Sanxenxo.

Hay vestigios que indican que en la Antigua Roma ya se prestaba el servicio de taxi y, aunque sorprenda, en esa época eran carretas provistas de taxímetro. Funcionaban mediante una caja unida a los ejes de las ruedas, y en cada tramo que se recorría, caía una piedra. El pago final dependía de la cantidad de cantos.

El servicio de taxi, como lo conocemos hoy en día, data de 1605 en Londres, Reino Unido, y no existe constancia de otro servicio similar hasta el año 1637 en París, Francia. No se llamaban así, pero no dejaban de ser carruajes tirados por caballos, que a lo largo de los siglos han ido evolucionando hasta llegar a los actuales.

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Los primeros taxis, con taxímetro incorporado y tracción a gasolina, datan de finales del siglo XIX. En París, en 1899, el empresario Georges Bouton introdujo el primero capaz de transportar hasta cuatro pasajeros. Unos años después, Luis Renault lanzaba un modelo dirigido exclusivamente a este sector.

Taxistas

Ahora, las calles de las principales ciudades españolas están plagadas de coches blancos con una franja roja y por otros vehículos negros que corresponden a los VTC. Pero eso no siempre ha sido así. En España han ido cambiando a lo largo de los años y son pocos los que han mantenido su color original. Los más habituales son los blancos, pero los hay amarillos y negros.

En los años 20 habían proliferado los taxis en numerosas ciudades y había una gran variedad de colores en función de la compañía o del coste del recorrido. Pero pronto se llegó a una uniformidad que duró medio siglo: los coches deberían ser negros, con una franja roja horizontal.

Es más, el régimen franquista imponía también una forma de vestir para los conductores, a lo que muchos trataron de resistirse. Con la llegada de la democracia, todo cambió y llegó de nuevo la libertad. Sobre todo después de la aprobación del Real Reglamento Nacional del Taxi número 736 de 3 de marzo de 1979.

Parada de taxi en Plaza de España

Parada de taxi en Plaza de España

Lo que nunca cambió es que los taxis suelen estar equipados con taxímetros, dispositivos que calculan la tarifa del viaje en función de la distancia recorrida y el tiempo de espera. Estos vehículos están dirigidos por conductores profesionales con licencia, quienes están autorizados a transportar pasajeros a cambio de un pago.

Le dejan una propina por hacer un viaje corto

La propina no es obligatoria en los taxis, pero es común dejar un pequeño extra como muestra de gratitud por el servicio recibido. Ocasionalmente, nos topamos con taxistas tan eficientes que merecen una retribución extra por su trabajo. Eso es lo que pensó este usuario, sobre el que habla en este vídeo una taxista de Sanxenxo.

@paulatorresf ¿Como es un sábado noche de una taxista??? #taxi #taxista #taxisanxenxo #lataxistadetiktok #galicia #verano #sanxenxo ? sonido original - Paula Torres

La atención, la eficiencia y la seguridad que puede ofrecerte un buen conductor de taxi, hace que la propina sea más que merecida. De hecho, esto ocurre en cualquier industria. Al recibir un buen servicio y gran atención, el cliente se siente en la necesidad de dar un extra a quienes le atienden. Aun así, Paula estaba sorprendida.

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