¡Más madera! La apuesta de Vincios contra el fuego

Redacción COPE Vigo

Vigo - Publicado el - Actualizado

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Las épocas de calor, lamentablemente, suelen ir acompañadas de incendios, como todos sabemos. Una lucha, la que cada verano se libra contra el fuego, que va encontrando poco a poco nuevas herramientas de combate.

Lo saben bien en la Comunidad de Montes de Vincios, en Gondomar, donde en 2017 las llamas arrasaron 500 hectáreas, el 80 por ciento del territorio.

Esa tragedia llevó a los comuneros a pensar en su monte, en su composición y en posibles soluciones o al menos barreras contra el fuego. Y optaron por la secuoya, el ser vivo más alto del mundo. Un árbol que puede alcanzar los 115 metros de altura y que puede constituirse como una gran barrera natural contra las llamas.

"Si la hubésemos tenido cuando ardió, esta plantacion de secuyoas hubieran aguantado el fuego", asegura Juan Taboada, coordinar de la Comunidad de Montes de Vincios.

Ventajas de esta especie

¿Qué tiene la secuoya para contener el fuego mejor que otras especies? En primer lugar que no es un árbol especialmente pirófilop. Pero "realmente el valor de la secuoya es que es una conífera que brota de cepa, como un castaño, y en caso de fuego esa corteza impide que arda. Para el fuego, no lo propaga como el pino, que coge la corteza con la resina y propaga el fuego. O el eucalipto. Este árbol no lo va a propagar, todo lo contrario, lo va a amainar, dentero de sus posiblidades, claro", explocan Taboada.

Pero, además, asegura por su parte Marcos Araújo, gestor de Axega e ingeniero forestal, "en la zona baja es un árbol que genera bastante sombra, por lo tanto es muy competitivo con todo lo que pueda ser arbustivo o leñoso en la zona baja, con lo cual en los bosquetes de secuoya las zonas bajas están bastante limpias", asegura por su parte Marcos Araújo, gestor de Axega e ingeniero forestal.

Rendimiento económico

La secuoya es un árbol procedente de América que se siente a gusto en Galicia y su madera tiene, además, diferentes utilidades que la hacen lo suficientemente valiosa para que la lucha contra el fuego no tenga que ser necesariamente la única razón para su plantación.

No es una cuestión que barajen en estos momentos en la Comunidad de Montes de Vincios, al fin y al cabo su bosque no tiene más que tres años, y la secuoya comienza a ser verdaderamente útil a los 20, por lo que de momento, es una apuesta en la lucha contra el fuego.

"De lo que se trató después del fuego fue de entender que si sólo tienes dos especies en el monte, además de que el rendimietno económico se está ciñendo a dos especies, los riesgos de propagación de fuego en un monte que tiene monocultivo son mucho más altos. El monte mosaico, diversificado, es mucho más protector", subraya Taboada.

Las secuoyas de O Galiñeiro no son las únicas en Galicia. En Poio existe una importante plantación desde 1992, fecha en la que llegaron para conmemorar el quinto centenario de la llegada de los españoles a América.