Los sindicatos de prisiones de Baleares denuncian que sus funcionarios sufren agresiones "diarias y graves"

Piden mejora salarial, de reconocimiento de agentes de autoridad, de formación universal, y de mejora de medios materiales y humanos.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hartazgo entre los funcionarios de prisiones por las agresiones que sufren por parte de los internos de los centros de Mallorca y Menorca.

La gota que colma el vaso ha sido estos últimos 15 días cuando las agresiones se han intensificado y les ha llevado a las delegaciones sindicales UGT Y CSIF a protestar.

Denuncian la falta de formación que reciben los trabajadores para tratar con gente con problemas psiquiátricos y piden que se les declare como agentes de autoridad para que las agresiones sean declaradas como atentado a la autoridad y no se salden con meras sanciones administrativas. Iván Flores, delegado sindical del CSIF, indica que hay trabajadores en el hospital y reclama soluciones inmediatas.

Afirman además que la Delegación de Gobierno ha hecho oídos sordos para solucionar el problema.

Flores denuncia el deterioro de la atención médica penitenciaria. Las condiciones son peores que en otros servicios y asegura que nadie quiere trabajar en prisiones por ello.

En la concentración de este jueves, los representantes sindicales han sido recibidos por la delegada del Gobierno en Baleares, Aina Calvo, a quien se le ha trasladado un escrito con los principales problemas a los que se enfrentan en su día a día. También han pedido la intermediación con la administración penitenciaria para desbloquear la negociación, y que sean atendidas las reivindicaciones de estos profesionales.

Desde Acaip-UGT y CSIF Prisiones han censurado que el colectivo de prisiones lleva más de cuatro años de movilizaciones sin que los distintos gobiernos hayan atendido sus reivindicaciones de mejora salarial, de reconocimiento de agentes de autoridad, de formación universal, y de mejora de medios materiales y humanos.

También han lamentado que a esto se suma una política de "buenismo", que se centra más "en tener buenas estadísticas de terceros grados que en atender a aquellos internos inadaptados, aplicando regímenes de vida que no se ajustan a su perfil penitenciario".