Más de 314.000 ucranianos han sido atendidos por Cáritas desde el inicio del conflicto dentro y fuera del país

Desde Menorca ya han hecho llegar más de 20.000 E para apoyar a Cáritas Ucrania y al resto de Cáritas en la región

Caritas Mitarbeiterin Dominika Chylewska unterhÃ?lt sich mit Alissa Omaljinko im Caritas Zelt in Przemysl

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Según el recuento realizado por Cáritas Española de la labor realizada por las distintas Cáritas nacionales en el terreno, más de 314.000 personas han recibido ayuda desde el inicio de la guerra, la mayoría dentro de las fronteras de Ucrania (224.000). Sólo en este país se reparten a diario más de 23.500 comidas y 5.100 kits de higiene personal.

Cáritas y la Iglesia se encuentran entre las pocas organizaciones que quedan junto a la población ucraniana, y su presencia de base les permite llegar incluso a zonas de conflicto muy remotas.

Desde Menorca ya hemos hecho llegar más de 20.000 € para apoyar a Cáritas Ucrania y al resto de Cáritas en la región, gracias a esta aportación ya la del resto de la confederación de Cáritas Española ha hecho posible brindar asistencia humanitaria a varios cientos de miles de personas. Las Cáritas nacionales en los países vecinos, incluidos Polonia, Hungría, Eslovaquia, Rumanía y Moldavia, están en primera línea para ayudar a los millones de refugiados.

Esta campaña actualmente no contempla canalizar donaciones en especie hacia Ucrania, puesto que por nuestra experiencia en actuaciones de emergencia no resulta operativo y además se trata de una gestión inabordable para las Cáritas de la región.

Cáritas Menorca y la Cooperación Fraterna

Desde Cáritas no olvidemos las graves consecuencias que tiene y tendrá el conflicto Ucrania en muchos países del mundo, donde ya tienen graves crisis, y donde trabajamos desde hace años.

Continuamos con programas de emergencia alimentaria y de medios de vida post covid-19 con personas mayores en poblaciones de Tierra Santa, y con proyectos de salud en la frontera Siria, apoyando a población refugiada y desplazada al Líbano, por la guerra en éste país, que ahora es verse afectada aún más por la inseguridad alimentaria.

En Líbano donde llevamos más de 18 años trabajando en el campo de refugiados Ein el Hewih, con programas que impulsaron dos parroquias de nuestra diócesis, y donde principalmente continuamos con los programas de ayuda alimentaria, prevención del matrimonio precoz y en salud materno infantil.

Agradecer una vez más la solidaridad de todos, que posibilita hacer realidad esta cooperación fraterna, que es expresión de la universalidad de la caridad de nuestra Iglesia.