Punta Nati, modelo de buenas prácticas para compatibilizar energías renovables y la protección territorial
Miquel Àngel Maria, ha participado en Burgos en unas jornadas sobre la excelencia en patrimonio
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El conflicto de Punta Nati a raíz de la ampliación del parque fotovoltaico de Son Salomó, que se resolvió favorablemente con un acuerdo para la compatibilización entre esta ampliación, con una significativa reducción de la superficie inicialmente proyectada, y la declaración de BIC del mismo singular paisaje cultural del noroeste de Menorca, ha sido escogido como modelo de buenas prácticas para la gestión del patrimonio cultural en peligro.
El vicepresidente y consejero de Cultura del Consell Insular de Menorca, Miquel Àngel Maria, ha sido invitado por la Fundación Santa María de Rioseco de Burgos y la Asociación Hispania Nostra para explicar este conflicto y su resolución satisfactoria en el Encuentro de Excelencia lencia en el patrimonio que se ha celebrado los días 10 y 11 de octubre en la ciudad castellana. La Sociedad Histórico Arqueológica Martí i Bella también ha sido invitada, y aunque por dificultades de agenda no han podido asistir presencialmente, su presidenta, Carmela Sánchez, ha participado con una exposición grabada en vídeo que se ha proyectado durante las jornadas.
Miquel Àngel Maria ha explicado que “si podemos hablar de Punta Nati como modelo no es únicamente por la resolución satisfactoria de este conflicto concreto, sino porque las condiciones de la ampliación de la planta fotovoltaica, con una serie de requisitos que limitan la su extensión y su impacto, y los requisitos técnicos para esta instalación, se han convertido en norma de obligado cumplimiento para cualquier instalación de energías renovables en el suelo rústico de Menorca, con la incorporación de una serie de condicionantes dentro de la normativa del nuevo Plan Territorial de Menorca.”
La amenaza por la integridad del paisaje cultural de Son Salomó que suponía la ampliación originalmente prevista del parque fotovoltaico de Son Salomó, provocó que Hispania Nostra incluyera este caso, en 2018, dentro de la Lista Roja de patrimonio cultural amenazado. La reducción significativa de la extensión del parque fotovoltaico, y la resolución satisfactoria del conflicto, a través de un acuerdo firmado a cuatro bandas entre la propiedad de Son Salomó, la empresa promotora del parque fotovoltaico, la Sociedad Histórico Arqueológica Martí i Bella y el Consejo Insular de Menorca, motivaron la salida de Punta Nati de la Lista Roja y su inclusión en la Lista Verde, destinada a los casos que se han solucionado de forma positiva y ejemplar.
Carmela Sánchez considera que, de la mano de la transición energética, se producen graves impactos contra el patrimonio cultural, evitando que esto suceda. Sánchez ha reivindicado la importancia de la movilización ciudadana y de los contenciosos judiciales como las vías adecuadas para detener y reconducir el proyecto de Punta Nati, que habría dañado gravemente la integridad de este paisaje cultural.
A su vez, Miquel Àngel Maria ha destacado la capacidad de haber llegado a acuerdos que hacen compatible el crecimiento de las instalaciones fotovoltaicas en Menorca con un respeto escrupuloso por la integridad del patrimonio y el paisaje. En este sentido, ha destacado que “las Directrices de Paisaje que incorpora el PTI, y que se han incorporado en su articulado, marcan una hoja de ruta clara y segura para garantizar esta compatibilidad, haciendo posible que la transición energética en Menorca sea armoniosa con la conservación del paisaje y la recuperación de los bienes etnológicos y del patrimonio histórico”.
Asimismo, Maria destaca que “la nueva normativa del PTI es muy esmerada a la hora de determinar los requisitos que deberá cumplir cualquier instalación fotovoltaica en el suelo rústico de Menorca, con medidas que incluyen la no afectación de los bienes culturales, la prohibición de demoler las paredes secas y alterar la parcelación histórica de las vallas, la instalación de las placas sin base de hormigón, y la obligación de instalar estructuras desmontables, recuperables y reciclables”.
María también ha puesto de relieve los condicionantes para proteger la biodiversidad, como la necesidad de que los cierres de seguridad no tengan pinchos para evitar que las aves puedan lesionar, la garantía de una determinada elevación de las placas sobre el terreno para permitir el paso de los animales terrestres; y la prohibición del uso de pesticidas y soluciones químicas para frenar el crecimiento vegetal.